El mandatario socialdemócrata alemán Olaf Scholz se mostró este viernes 8 de noviembre abierto a adelantar elecciones y a someterse a un voto de confianza lo antes posible tras la ruptura de su coalición de Gobierno. También llamó a la colaboración política para aprobar algunas de sus propuestas con anterioridad.
Scholz comienza a ceder. Ante una creciente presión en el Parlamento y en las calles, que piden un cambio de gobierno, el canciller alemán dio muestras de estar cediendo el pulso y estar abierto a convocar elecciones antes del mes de marzo, en contra de lo que había manifestado inicialmente.
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, salió por la puerta de atrás luego de que el canciller Olaf Scholz lo despidiera el miércoles 6 de noviembre tras meses de disputas presupuestarias. Con su salida se desmoronó la coalición tripartita y el Gobierno se hundió en una crisis.
Esa ruptura del Gobierno de coalición abrió el camino hacia unas elecciones anticipadas en Alemania.
El líder socialdemócrata había dicho que se sometería a un voto de censura -necesario para disolver el Parlamento ya que en el país el Congreso no puede autodisolverse ni lo puede hacer el canciller- el 19 de enero, para realizar elecciones en marzo o a inicios de abril, pero la presión para que esto suceda antes parece estar dejando al mandatario sin opción:
«Anuncié el miércoles que quiero hacer posible rápidamente elecciones anticipadas para que haya claridad tras la salida del FDP (Partido Democrático Libre) del Gobierno», dijo el mandatario, quien agregó que, «sobre la fecha», se deberá «debatir con calma». Si la coalición se hubiera mantenido, las elecciones se habrían celebrado en septiembre de 2025.
En todo caso, el mandatario aseguró que la fecha de la cesión de censura, que determinará la de las elecciones, no será una decisión meramente política y que esta deberá tomarse teniendo en cuenta los criterios de la Comisión Electoral, para asegurar tiempo a los partidos políticos para sus campañas y a la entidad electoral para organizar los comicios.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Electoral, Ruth Brand, advirtió en una carta a Scholz de los “riesgos incalculables” que podría significar una convocatoria precipitada.
La apertura del canciller también vino acompañada de cierta presión para pasar algunos de sus proyectos antes de su salida.
«Sería bueno si en el Bundestag (Cámara Baja) se lograra un acuerdo entre los grupos parlamentarios democráticos sobre qué leyes se pueden aprobar este año». Aunque el mandatario asegura que no busca condicionar el voto: «No exigiría a otros que apoyen una política con la que no están de acuerdo», afirmó.
La oposición y la calle presionan a Scholz
El líder de la Unión Democristiana (CDU), el conservador Friedrich Merz, dijo que no cooperaría con el Gobierno del canciller si Scholz no se presenta a un voto de confianza el próximo miércoles. Merz exigió en la cadena nacional RTL que los comicios tengan lugar por tarde el 19 de enero.
El Partido Liberal, expulsado esta semana por Scholz del Gobierno de coalición (con socialdemócratas y Verdes) por profundos desacuerdos en materia de política económica, también ha exigido que las elecciones tengan lugar lo más pronto posible.
Y de acuerdo con varios sondeos, la población también apoya esta vía: según el ‘Politbarometer’, de la cadena ZDF, el 59 % de los preguntados está de acuerdo con el fin de la coalición y el 84 % quiere elecciones anticipadas. En tanto, según una encuesta de infratest dimap para la cadena ARD, dos tercios de los alemanes (un 65 %) favorecen elecciones lo antes posible.
¿Sería Scholz el candidato socialdemócrata?
Si bien por el lado de los conservadores la candidatura es clara (Merz es el favorito de las encuestas y para muchos podría convertirse en el próximo canciller), por el lado socialdemócrata las cosas no lo son tanto. Su partido aún no ha anunciado un candidato para los comicios sobre los que se debate la fecha.
Aunque Scholz cuenta con el respaldo de su partido, hay una figura política que podría sustituirlo al frente del mismo: el ministro de Defensa, Boris Pistorius, quien reúne mucha más popularidad que Scholz.
Merz, por su parte, sí ha sido confirmado por la CDU, mientras que otras figuras de peso del espectro político alemán siguen aún sin ser confirmadas, como la ultraderechista Alice Weidel, de Alternativa para Alemania (AfD), y el vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, por el Partido Verde.