Un tribunal de Costa Rica condenó este miércoles a 20 años de prisión a una pareja por intentar matar a su hijo de 4 años de edad, a quien aplicaban severos castigos físicos.
El Ministerio Público informó que los sentenciados son Carlos Alberto Rodríguez Ramírez y Michelle Fernández Flores, padre y madrastra del menor, respectivamente, quienes cometieron los hechos entre el 1 de octubre y el 12 de diciembre de 2012.
“En dicho lapso, la víctima fue sometida a constantes maltratos y agresiones, que le provocaron múltiples lesiones, tales como moretones en distintas partes del cuerpo, excoriaciones en la piel, infecciones e incluso una quemadura en la palma de su mano derecha, supuestamente ocasionada con un sartén caliente”, indicó el Ministerio Público en un comunicado.
Las autoridades detallaron que el menor también sufrió otras agresiones como una mordedura en la mejilla.
“Todas estas agresiones pusieron al niño en riesgo de muerte y provocaron que estuviera en un estado de desnutrición aguda“, indicó el Ministerio Público.
El pasado 14 de mayo la Unicef pidió a Costa Rica fortalecer sus políticas y acciones para evitar la violencia contra los niños, en el marco de una serie de casos de agresiones contra menores, que incluyó la muerte de dos niños.
“La edad tan temprana de estas dos víctimas infantiles tiene que generar la indignación nacional. Como sociedad no fuimos capaces de garantizarles su derecho a la vida. Esto nos debe llamar a una profunda reflexión sobre las debilidades del sistema de protección y su impacto en la pérdida de vidas”, dijo el 14 de mayo el representante de Unicef en Costa Rica, Gordon Jonathan Lewis.
La Unicef instó a Costa Rica a “fortalecer, ampliar y hacer más efectivas las políticas, programas y acciones preventivas en contra del abuso y la violencia, haciendo más contundentes los planes, estrategias y mecanismos de prevención que ya existen, y que éstos cuenten con la debida y sostenida designación de recursos del presupuesto nacional”.
Los casos a los que hace referencia la Unicef son el de un niño de cinco años que murió debido a presuntas agresiones físicas y psicológicas por parte de sus padres, y el de un bebé de dos semanas de nacido quien falleció posiblemente víctima del síndrome del niño sacudido.
En ambos casos, las autoridades judiciales ordenaron medidas cautelares contra los padres de cada menor.
Numerosos diputados han criticado fuertemente el trabajo que realiza el estatal Patronato Nacional de la Infancia en la protección de los menores de edad y han señalado que no hay una respuesta adecuada ante las denuncias que la entidad recibe.