Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a ser investida presidenta de la Comunidad de Madrid y ha renovado su mandato por un periodo de dos años gracias al apoyo de Vox, que ha exigido a la líder ‘popular’ derogar las «leyes de género y LGTBI». En un pleno muy bronco, Ayuso ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de utilizar «todos los poderes del Estado» para hacer oposición al PP con medidas que han perjudicado, según ha dicho, a la región, pero le ha avisado: «Lo que empieza hoy es el fin del sanchismo en España». Aún así, se ha comprometido a gobernar «para todos», sean de izquierdas o de derechas.
La Asamblea de Madrid ha otorgado su confianza a Ayuso en primera votación con los 77 votos a favor de PP y Vox (muy por encima de los 69 de la mayoría absoluta). Lo ha hecho un día después de que Ayuso, en su intervención inicial, se comprometiera a acometer «la mayor rebaja de impuestos de la historia», a promover un ‘chequebebé’ de 500 euros al mes para madres menores de 30 años y a gobernar con nueve consejerías (en lugar de 13). Precisamente, tras la investidura, ha sido ya comunicada la composición exacta del nuevo Gobierno regional, que mantiene al núcleo duro del PP. Un Ejecutivo, ha dicho Ayuso, «austero, sin vicepresidencia y sin dualidades (en referencia a Cs).
Este viernes era el turno de la oposición, que ha cargado contra las medidas anunciadas por Ayuso y con el balance de su gestión. La presidenta les ha reprochado haber llegado con «un discurso impreso» y sin haber analizado sus propuestas y, también, les ha echado en cara su «trato» a la líder de Vox, Rocío Monasterio. La buena sintonía entre los dos partidos de la derecha se ha visto con su agradecimiento a Vox: «Quiero darle las gracias por prestarnos sus votos para que este Gobierno pudiera salir adelante». «Recojo su mano tendida a la colaboración, algo que tendremos toda la legislatura», ha dicho, y ha asegurado que, aunque hay «diferencias» entre ambas formaciones, eso no será «un obstáculo para buscar propuestas comunes».
El pleno de investidura ha estado marcado por la bronca entre el bloque de derecha y de izquierda, especialmente durante la intervención de Rocío Monasterio (Vox), y una diputada de Unidas Podemos ha acabado siendo expulsada por sus interrupciones al increparla. Pero buena parte del debate ha estado marcado en clave nacional, tanto por parte de Ayuso como de la oposición. Se han llegado a colar de fondo el debate de los indultos del ‘procés’ y las críticas contra Bildu por no condenar de forma tajante el terrorismo.
Ayuso: Sánchez usa «todos los poderes del Estado» contra la oposición
Especialmente crítica ha sido Ayuso con el ‘Partido Fracasado Obrero Español’ (por el PSOE) y con Sánchez porque «usa todos los poderes del Estado contra la oposición» del PP y en «beneficio» del PSOE. «Estas elecciones han sido un bofetón a esa manera de gobernar para una España que sumía al país en una profunda depresión» y «se ha demostrado que las cosas se pueden hacer de otra manera». Ayuso se ha defendido al decir que ella no ha atacado a las instituciones (por sus declaraciones sobre el rey y los indultos) sino que quien lo hace es el Ejecutivo, «apercibido» por EEUU por «sus ataques a la prensa», que ha «utilizado a altos cargos del Gobierno» en los mítines del PSOE y que ha «destruido RTVE y el «prestigio» del CIS. «Yo no tengo que utilizar el poder de una administración superior para arremeter contra una inferior», ha reprochado.
Ante quienes han criticado que se dedique a hacer «oposición» al Gobierno, ha defendido que las decisiones del Ejecutivo central «afectan muy directamente a la Comunidad y a sus ciudadanos». «Cuando nos negaron cerrar los colegios en marzo, ¿a quién perjudicaban?», se ha preguntado; «Cuando han intentado por todos los medios que cerráramos las empresas, ¿a quién perjudicaban?», ha proseguido, y ha añadido: «No somos nada en el mundo porque no hay una política internacional clara ni alianzas. ¿A quién destruimos con ello? A las empresas de España, muy concretamente a las de Madrid».
Pero ha pronosticado un cambio de tendencia política a nivel nacional. «Lo que empieza hoy es el fin del sanchismo en España, que después del 4 de mayo se lo van a tener que replantear». Porque «lo que ha comenzado es una nueva etapa de ilusión en España porque todos los ciudadanos que se oponen a Sánchez, y no por eso son de derechas, se han dado cuenta de que otra forma de hacer las cosas es posible, de que otros gobiernos lo son y de que hay luz al final del túnel». «Su discurso supuestamente obrero se ha caído en Madrid y esto va a ocurrir en toda España», ha incidido.
Y ante las críticas de la oposicion, ha defendido que ella defiende «la cultura de la vida» y de ahí viene el ‘cheque bebé’ que quiere impulsar. También ha criticado que la izquierda «deslegitime el resultado de las urnas» y ha pedido a estos partidos que se «despidan del cinturón rojo» de Madrid porque «se ha acabado». «La pancarta de de la lástima y del pobre se acabó, los ciudadanos quieren huir de la miseria que ustedes producen siempre que gobiernan», ha avisado. Ha reprochado a la izquierda que haya tratado de «boicotear» un hospital público como el Isabel Zendal durante la pandemia. También se ha burlado del «feminismo» de las portavoces de Más Madrid y Unidas Podemos y les ha pedido «sororidad» con ella.
Vox, acusado de «racista» tras señalar al diputado Mbaye
La líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, ha defendido su voto a favor de la investidura para que el PP “empiece a trabajar cuanto antes porque se ha perdido un tiempo valiosísimo” y ha agradecido a Ayuso que no haya «comprado» el discurso de la izquierda contra Vox. “Somos fuerzas políticas muy distintas, tenemos posiciones diferentes pero no debería ser un obstáculo para alcanzar los grandes acuerdos de los madrileños”, ha afirmado. Sin embargo,ha exigido a Ayuso derogar las leyes de género y LGTBI, y medidas como el ‘pin parental’. También le ha pedido cerrar Telemadrid, un «pozo sin fondo» que «insulta» a los madrileños. Por último, ha pedido «hacer una auditoría para “conocer el coste de la corrupción” y otra para “eliminar las subvenciones ideológicas e inútiles”.
Uno de los momentos más tensos en la Asamblea se ha dado precisamente durante el turno de Monasterio, quien ha señalado directamente a un diputado de la formación morada, Serigne Mbaye, portavoz del Sindicato de Manteros. “Mbaye es un símbolo de su abandono de la clase trabajadora porque entró en nuestro país de forma ilegal, saltándose la cola de entrada”, ha criticado, provocando la indignación en parte de la Cámara pese a que ha dicho que no se trata de que fuera “negro o blanco, alto o bajo”. También le ha acusado de «lucrarse» vendiendo «ilegalmente» a las puertas de los comercios. Ayuso ha sido muy crítica con la visión del “multiculturalismo” por parte de la izquierda como “un viaje exótico sin salir de España” o “una suerte de Erasmus intercultural a ritmo de batucada”: “No, es una condena para los españoles”.
Mbaye ha pedido el amparo de la Cámara para que Monasterio retirase sus palabras porque “el racismo no cabe en esta Cámara ni en España”. “Yo soy tan español como ella y el respeto que me merezco debe hacerse en esta cámara y por eso le pido formalmente que retire sus palabras racistas hacia mi persona”, ha dicho, y ha recibido buena parte de los aplausos del hemiciclo. Pero Monasterio no se ha retractado, pese a que, incluso, la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, se lo ha pedido personalmente, lo que ha provocado las críticas después de Monasterio a Carballedo por haberse puesto «del lado de las mafias». La tensión ha aumentado cuando la portavoz de Vox ha defendido que lo que ha dicho es «cierto» como cuando se dijo que el padre de Pablo Iglesias era un «terrorista», lo que ha provocado más revuelo entre las filas progresistas. Todos los grupos de la izquierda han mostrado su apoyo a Mbaye.
La oposición dice que Ayuso no trae “nada nuevo”
Los tres partidos de izquierdas han cargado contra el acercamiento del PP a la “ultraderecha”, su idea de “libertad”, que utilice las instituciones madrileñas para hacer oposición al Gobierno y que siga proponiendo lo mismo que durante los 26 años de gobiernos del PP. También han criticado que el ‘cheque bebé’ es insuficiente y que no tiene propuestas para la comunidad LGTBI. Entre otros reproches, han estado las «listas de espera» y la precarización, han dicho, de los servicios públicos.
Tras tres meses de parón en la Asamblea, Mónica García (Más Madrid) ha vuelto (esta vez como líder de la oposición) a hacer la oposición más crítica a Ayuso, a quien ha reprochado no traer “nada nuevo” a la Cámara sino que ha “reciclado” las “promesas incumplidas” de 2019. “No han hecho ustedes nada, probablemente por sectarismo ideológico”, ha criticado. “Es difícil darle credibilidad cuando dice ‘ahora sí que sí’” a ciertas medidas “tras 26 años de su partido” y ha criticado, como dijo la diputada del PP Bea Fanjul, que Ayuso es “el el ‘revival’ de lo malo conocido”.
García ha reprochado a la presidenta que no haya dedicado tiempo en su discurso para hablar de la gestión sanitaria, de la pandemia ni de los fallecidos: “Hay omisiones que ensordecen”. “Usted estaba pensando en reconstruir su gobierno con la extrema derecha, que ha dado un espectáculo aquí absolutamente lamentable, racista, homófobo y absolutamente repugnante”, ha criticado. Y ha preguntado qué ha ofrecido a Vox a cambio de su apoyo. Ha cargado también contra el ‘cheque bebé’ anunciado por Ayuso, una “medida de chichinabo”: “Su gran anuncio afecta a un 2%” de mujeres que tienen que pasar “las pruebas de Astérix” y tener un “pedigree chulapo” (diez años de empadronamiento). Y ha acabado con una advertencia: “Hoy nace su Gobierno, pero también una oposición férrea”. “Hoy va a tener usted el aliento de mi boca mustia un poquito más cerca; comienza la cuenta atrás para una segunda vuelta, para que usted y yo cambiemos el asiento”.
Hanna Jalloul (PSOE) ha advertido a Ayuso de que “hoy aquí y ahora por fin se termina la mascarada” porque “será investida gracias a la ultraderecha” con un “acuerdo del que huyen avergonzadas todas las derechas de Europa”. Ha defendido su voto negativo porque el PSOE “no puede apoyar el negacionismo de la violencia de género” y ha lanzado una advertencia a la presidenta madrileña al recordarle que debe “velar por la salvaguarda de las instituciones”. Se ha referido así a las polémicas palabras de Ayuso sobre los indultos y sobre el rey: “Quien gobierna Madrid no puede cuestionar ni atacar la Jefatura del Estado para ganar un titular”. También le ha acusado de hacer de la confrontación su «seña de identidad».
Jalloul ha defendido por otra parte que “no se entiende la libertad sin justicia social” y le ha acusado de buscar confrontación con otros territorios. Entre otras cuestiones, ha criticado que el gasto en educación en Madrid es uno de los más bajos de España y en algunas zonas “ni siquiera hay colegios públicos”. También se ha referido a la petición de Vox para cerrar Telemadrid «¿Va a seguir usted con usar las instituciones para promocionar su ascenso? ¿Se va a convertir Telemadrid en Teleayuso?».
La portavoz de Unidas Podemos, Carolina Alonso, ha manifestado su “gran preocupación” por un acuerdo de Gobierno “lesivo” para la ciudadanía ya que el PP de Ayuso es un “obstáculo” para la recuperación. Alonso ha reprochado a Ayuso haber “convertido el Gobierno de todos en un aparato de propaganda”, haciendo una “bochornosa oposición al Gobierno del Estado” y convirtiéndolo en “una fábrica de mentiras” al “servicio de su carrera política”. La portavoz ‘morada’ ha reprochado al Ejecutivo madrileño haber “usado el dinero público para regar de millones a sus empresas amigas”, haber “privatizado” la gestión de los fondos europeos y la ha acusado de “maltratar a los trabajadores públicos”.
Alonso ha compartido su tiempo con Alejandra Jacinto, quien ha criticado el ‘cheque bebé’ propuesto por la presidenta porque “excluye a mujeres migrantes de fuera y dentro de España” y le ha pedido que, para fomentar la natalidad, garantice el “empleo estable y de calidad” y el “acceso a la vivienda” así como unos servicios públicos fuertes. “Su banalización de la libertad es bastante cutre, usted destruirá un planeta y después se tomará una cerveza”, ha zanjado. “Más tarde o temprano la vamos a desalojar de la Puerta del Sol, y lo digo yo, que sé bastante de desahucios”. RTVE