El presidente ucraniano Volodímir Zelenski firmó un decreto que busca crear «un corredor verde» para los turistas en la zona de exclusión de Chernóbil y levantar el veto impuesto a la captura de vídeos y fotos. Sputnik conversó con varios expertos acerca de la seguridad de estos viajes.
En la Administración del presidente de Ucrania explicaron que el decreto prevé trazar nuevas rutas turísticas, levantar nuevos puestos de control, así como permite a las fuerzas de la UE y la OTAN realizar ejercicios en la zona de exclusión, relacionados con la prevención y liquidación de averías.
«Hoy firmé un decreto que será el comienzo de la conversión de la zona de exclusión en uno de los puntos de crecimiento de la nueva Ucrania», declaró Zelenski a la vez que agregó que la zona de exclusión sigue siendo hasta ahora el símbolo de la corrupción.
«Las fuerzas de seguridad recogen sobornos de los turistas, la gente extrae la chatarra y usa ilegalmente los recursos naturales. Próximamente cesaremos estas prácticas», enfatizó.
¿Y la seguridad?
Anteriormente los viajes en la zona de exclusión fueron esporádicos y el Estado no prestaba atención al desarrollo del turismo en la región debido a la crisis que experimenta la economía de Ucrania. Por eso fue difícil juzgar cuán seguras son estas excursiones organizadas por el sector privado, opina el presidente de la Unión «Chernóbil de Rusia», Viacheslav Grishin.
«Para que la sociedad pudiera estimar correctamente la seguridad en la zona, es necesario crear una comisión independiente, compuesta por los ecólogos, radiólogos y representantes de salud», recalcó a Sputnik el experto.
Grishin considera que aquellas empresas que organizarán los viajes a Chernóbil, tendrán que ser certificadas adecuadamente. Su certificación debería estar vinculada con la decisión de una comisión independiente que sería compuesta no solo por los expertos ucranianos, sino por extranjeros.
«Las serias medidas de seguridad requieren que las autoridades ucranianas gasten grandes recursos en el desarrollo del flujo turístico», recalcó.
Oleg Soskin, director del Instituto de Transformación de Sociedad en Kiev, considera que hay lugares bastante seguros en la zona. Las rutas turísticas deberían trazarse precisamente en estos sitios.
«Pienso que él [Zelenski] pidió consejos a los expertos antes de tomar esta decisión. Es un buen negocio, ante todo. Hay que hablar de eso. La gente pagará dinero, existe una gran demanda», señaló.
Sin discriminación
Una fuente en la Asociación de Operadores Turísticos de Chernóbil, que prefirió mantener su anonimato, destacó al periódico ruso Kommersant que el veto tácito a la entrada de los turistas de Rusia y Bielorrusia es otro problema que las autoridades ucranianas tendrán que resolver en el futuro próximo.
«Si una empresa turística envía al Servicio de Seguridad de Ucrania una solicitud con datos de turistas y si hay un ruso o un bielorruso en la delegación, el ente rechaza la entrada de todo el grupo. Lo más triste es que el Servicio de Seguridad de Ucrania no ha indicado por escrito la causa de su rechazo ni una sola vez», señaló.
De acuerdo con la fuente, la última vez, en la que los turistas rusos oficialmente entraron en la zona de exclusión a través su empresa, fue en abril del 2018. Así mismo, los agentes ucranianos explican el veto a la entrada de los ciudadanos bielorrusos alegando que Bielorrusia es un aliado cercano de Rusia.
«Una vez teníamos una catástrofe, cuando los empleados de un puesto de control rechazaron la entrada a un grupo de 40 personas entre las que había ciudadanos austriacos, alemanes, checos, ucranianos y varios rusos. Tuvimos que compensarles sus gastos y lo más importante es que se vio afectada la imagen del país», enfatizó.
Ahora, las autoridades ucranianas planean arreglar este problema y preparan un documento al respecto, comunicó el interlocutor del medio ruso.
El estreno de la serie Chernóbil producida por la cadena HBO reavivó el interés del público hacia esta zona. Según la aplicación Google Trends, las búsquedas de información acerca de la posibilidad de visitar la zona de exclusión de Chernóbil se multiplicaron por 30.
El 26 de abril de 1986 se produjo la explosión del reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil. La catástrofe provocó contaminación radiactiva en una zona de unos 140.000 kilómetros cuadrados del territorio de las actuales Ucrania, Bielorrusia y Rusia, así como en unos 60.000 kilómetros cuadrados fuera del espacio de la antigua URSS.