Los primeros despidos derivados de la absorción de Credit Suisse por UBS, iniciada con la compra de urgencia del primero por el segundo en marzo, han comenzado ya, según destaca la prensa del país, que calcula que podría afectar a entre 20.000 y 30.000 empleados de una plantilla total de 120.000.
Fuentes anónimas citadas por el diario local Blick señalan que las primeras notificaciones de despido ya han llegado en este final de mes a un centenar de trabajadores del servicio de banca de inversión, una de las principales ramas que UBS quiere reducir en la antigua Credit Suisse.
Otros medios, como el portal especializado Financial News, hablan del despido de unos 80 colaboradores del servicio de banca de inversión de Credit Suisse en Londres, lo que suponía un 30 % de la plantilla en la capital británica.
Los analistas estiman que se reducirá en un 85% la plantilla de Credit Suisse dedicada en todo el mundo a la banca de inversión (de 17.000 a 2.500 empleados), dado que UBS, que concluyó la absorción de su antiguo rival en junio, también posee una rama muy desarrollada en este tipo de negocio.
Financial Times incluso ha adelantado que algunos de los especialistas en inversión despedidos o en proceso de perder su empleo ya han aterrizado en otros bancos que los han contratado ante su amplia experiencia, entre ellos Deutsche Bank o el Santander.
La plantilla de Credit Suisse, banco que tras años de escándalos y problemas financieros tuvo que ser adquirido por UBS para salvarse de la quiebra, ascendía hasta su compra por UBS a unos 45.000 empleados.
Al parecer, el recorte de empleos afectará principalmente a Credit Suisse y se llevará a cabo en tres fases a lo largo de este año, la primera de ellas en este final de julio y las siguientes en septiembre y octubre.
Entre los principales afectados estarán los empleados de las bancas de inversión de Credit Suisse en Londres, Nueva York y Asia.
UBS adquirió Credit Suisse por apenas 3.000 millones de francos suizos (3.100 millones de euros) en una operación de emergencia que contó con amplias garantías crediticias por parte del Gobierno helvético. EFE