Las exequias se realizarán a lo largo de toda la semana en 29 ciudades. Los ataques yihadistas dejaron un saldo de 132 muertos y cientos de heridos
Francia empezó a enterrar este lunes a las víctimas de los atentados del 13 de noviembre, con procesiones e iniciativas originales, que se prolongarán a lo largo de toda la semana. Las exequias se llevarán a cabo en 29 ciudades.
Los atentados, reivindicados por grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), dejaron 132 muertos y más de 300 heridos, varias decenas de ellos de suma gravedad.
Noventa fueron abatidos en la sala de conciertos Le Bataclan. Los demás fallecieron baleados en terrazas de cafés o de restaurantes y, en un caso, en las inmediaciones del Estado de Francia, al norte de la capital, cuando un terrorista suicida hizo estallar su carga explosiva.
La mayoría de las víctimas tenían entre 20 y 30 años. Veinticinco eran extranjeros o franceses con doble nacionalidad.
Los deudos de los fallecidos multiplicaron las iniciativas en las redes sociales para dar el último adiós.
La familia de Aurélie de Peretti, de 33 años, pidió consejos para decorar el féretro de esta fanática de rock, asesinada en Le Bataclan.
«El miércoles, la familia de Aurélie fue a la funeraria y quedó espantada por los ataúdes sin alma del catálogo. ¡No podemos dejar que Aurélie se vaya así!», explicó Patricia, una de sus amigas, al diario online Huffington Post.
Varios street artists, o artistas urbanos, le propusieron sus servicios.
A Matthieu Mauduit, hermano de Cédric, también ultimado en Le Bataclan, le hubiera gustado que los Rolling Stones asistieran a las exequias. La célebre banda de rock declinó la invitación, pero le dirigió por mail sus «más sinceras condolencias».
En el puerto bretón de Concarneau (oeste), unas tres mil personas desfilaron el domingo para recordar a Estelle Rouat, de 25 años, oriunda de esa comuna, fallecida también en Le Bataclan.
El cortejo, que se inició con sones bretones tradicionales, estaba encabezado por un retrato gigante que mostraba a la muchacha con una sonrisa radiante.
«Ver a tanta gente nos demuestra que la vida continúa y que hay que luchar. No hay que dejar que la barbarie triunfe, hay que seguir viviendo, saliendo, escuchando música», declaró un tío de Estelle.
Sébastien Proisy, de 38 años, ya había sido enterrado el sábado en Hasnon (norte), informó la prensa local.
El viernes de esta semana se organizará un homenaje nacional a todas las víctimas de los atentados del 13 de noviembre, en presencia del presidente François Hollande.
AFP