La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, ha propuesto sancionar a la constructora brasileña Odebrecht, protagonista de un escándalo de corrupción de magnitud regional, con una inhabilitación de 20 años para celebrar contratos con la Administración.
Así lo han anunciado la ‘número dos’ del Gobierno de Iván Duque y el director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE), Camilo Alberto Gómez, en una carta fechada el 19 de noviembre y dirigida a la Superintendencia de Sociedades.
En la misiva, Ramírez y Gómez piden inhabilitar “hasta por 20 años a todas las sociedades de este grupo (Odebrecht) que puedan llegar a operar en el futuro en Colombia” porque “no es posible pensar que quien comete semejante crimen de corrupción y soborno pueda (…) volver a la contratación pública“.
“Permitir que una empresa que organizó con pleno conocimiento corporativo graves actos de soborno (…) vuelva a participar en licitaciones o concursos públicos en Colombia resultaría ser un acto contra las empresas honestas y cumplidoras de la ley y un pésimo mensaje para los colombianos honrados. El que la hace la paga”, han sentenciado.
Ramírez y Gómez han subrayado que “las graves faltas penales y éticas” no se pueden subsanar con una “simple compensación monetaria”, denunciando que Odebrecht “ha llegado al descaro” de ofrecer una indemnización económica de 33 millones de dólares para que el Gobierno suspenda las acciones legales en su contra.
A este respecto, el jefe de la ANDJE ha revelado que están sopesando “iniciar una acción de reparación directa para demandar a Odebrecht por los perjuicios causados“. “Estos serían dos litigios más contra Odebrecht“, ha indicado, según informa la prensa local.
Odebrecht está siendo investigada en numerosas naciones de América Latina por acceder al cobro de sobornos a cambio de obra pública. Ha reconocido pagos ilegales en una decena de países que en el caso de Colombia ascenderían a 30 millones de dólares, de acuerdo con la Fiscalía General, y hay 14 detenidos, entre ex funcionarios y políticos., reseña Sumarium