Cinco independentistas catalanes, electos en las últimas elecciones legislativas, fueron autorizados a salir algunas horas de la cárcel este martes para asumir sus cargos parlamentarios en la sesión constituyente del Congreso y el Senado españoles.
Estos cuatro diputados y un senador escogidos en las elecciones legislativas del 28 de abril podrían ver, sin embargo, que las dos cámaras deciden rápidamente la suspensión de sus cargos al estar siendo juzgados por el intento de secesión de Cataluña en 2017.
Encarcelados en las afueras de Madrid, los nuevos diputados Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Jordi Turull y Josep Rull y el senador Raúl Romeva llegaron a las Cortes en vehículos policiales.
Poco antes de las 08H00 GMT, cuando comenzó la sesión, entraron sin escolta policial al hemiciclo, donde sus compañeros de partido les recibieron entre aplausos.
Durante la sesión deberán prometer sus cargos sobre la Constitución española, esa que están acusados de haber violado en su marcha hacia la independencia.
«Nos quieren silenciados y apartados y las urnas nos han vuelto a dar voz», celebró en una entrevista escrita a la AFP Junqueras, presidente del partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) y antiguo vicepresidente del gobierno regional catalán dirigido por Carles Puigdemont.
En ausencia de este último, instalado en Bélgica, él es el principal acusado del juicio en curso en el Tribunal Supremo y la fiscalía reclama para él 25 años de cárcel por rebelión y malversación.
Junqueras también es el candidato de su partido a las elecciones europeas del domingo.
Desde 2017, los separatistas han seguido esta estrategia de ubicar al frente de sus listas a dirigentes detenidos o en el extranjero, como Puigdemont, para denunciar su situación y reclamar su liberación.
En prisión preventiva desde hace más de un año, los cinco independentistas obtuvieron el lunes un primer permiso del Tribunal Supremo para registrarse en las cámaras parlamentarias.
Los conservadores del Partido Poular (PP) y los liberales de centroderecha de Ciudadanos anunciaron su intención de presentar recursos para privarlos de su escaño.
La mesa de dirección de ambas cámaras, cuyos integrantes son escogidos este martes, deberán decidir sobre esta cuestión después de que el Supremo delegara en ellos esta responsabilidad.
«Que la situación y el escenario es excepcional, no lo podemos negar. Pero en todos caso, en todo momento se está cumpliendo con las resoluciones judiciales», declaró Meritxell Batet, la candidata socialista a presidir el Congreso.
– Investidura –
Diez meses después de llegar al poder con una moción de censura a su antecesor conservador Mariano Rajoy, el jefe de gobierno socialista Pedro Sánchez afianzó su posición en las elecciones legislativas de abril.
Su formación PSOE quedó en primer lugar pero, sin mayoría absoluta, depende de apoyos externos para poder ser reinvestido.
Si los parlamentarios encarcelados fueran suspendidos y no cedieran su escaño a un sustituto, el número de apoyos necesario para obtener la mayoría absoluta se vería reducido y Sánchez no requeriría el respaldo de los independentistas.
«Sería un atentado a la democracia», criticó Junqueras a la AFP.
Un año y medio después del intento de secesión, la peor crisis política vivida por España en cuarenta años de democracia, el asunto sigue siendo explosivo.
A su llegada al poder en junio de 2018, Sánchez apostó por dialogar con los dirigentes catalanes.
La oposición de derechas se muestra especialmente hostil con este intento de acercamiento, reclamando la suspensión de la autonomía de esta región todavía dirigida por los independentistas.
Estos últimos, que consideran a sus dirigentes encarcelados como «presos políticos», le dan una de cal y una de arena.
ERC se dice abierta a negociar pero reclama un referéndum de autodeterminación que Madrid rechaza repetidamente e impidió la elección al Senado del socialista catalán Miquel Iceta, el candidato predilecto de Sánchez para la Cámara Alta.
En reacción, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, les recriminó su «actitud totalitaria» y su «sectarismo».
Ahora los socialistas proponen no uno, sino dos catalanes para presidir las dos cámaras del Parlamento español: el filósofo Manuel Cruz para el Senado y Batet, hasta ahora ministra encargada de la política regional, para el Congreso.