China y la Unión Europea escenificaron hoy su apuesta conjunta por el rechazo de las guerras comerciales y en su lugar optar por una reforma pactada de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que evite un caos en el sistema político y económico internacional.
La vigésima cumbre de líderes de Pekín y Bruselas mostró, más allá de las habituales diferencias sobre inversiones y acceso a mercados, el objetivo común de buscar soluciones negociadas frente a la imposición unilateral de aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump.
El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, definió el punto de vista europeo con un llamamiento a Trump y al presidente ruso, Vladímir Putin (que se reúnen hoy en Helsinki) para que no promuevan guerras, ni comerciales ni bélicas, y en su lugar acepten el retorno a un orden internacional pactado.
“La arquitectura internacional está cambiando ante nuestros propios ojos. Y es nuestra responsabilidad común que el cambio sea para mejor”, afirmó el líder europeo en una conferencia de prensa conjunta.
“Es una tarea común para Europa, China, EEUU y Rusia no destruir este orden sino mejorarlo. No comenzar guerras comerciales, que tan a menudo en nuestra historia derivaron en conflictos violentos”, añadió.
La UE y China han acordado lanzar un grupo de trabajo común para discutir una reforma de la OMC, y Tusk pidió a Trump y Putin que se sumen a esta iniciativa para lanzar un proceso conjunto, porque “aún es posible prevenir el conflicto y el caos”.
También subrayó que los líderes mundiales están ante un dilema: jugar “duro” en cuestiones como aranceles comerciales o conflictos como los de Ucrania y Siria o “buscar soluciones comunes basadas en normas justas”.
El primer ministro chino, Li Keqiang, coincidió con esta petición y recalcó el compromiso de “mejorar la gobernanza del sistema internacional, incluyendo la OMC”.
“Es importante que China y la UE defiendan el multilateralismo y promuevan la construcción de un mundo multipolar y una mayor democracia en las relaciones internacionales”, recalcó Li.
Antes de esta cumbre, el bloque europeo había rechazado una propuesta de Pekín para formar un bloque contra los aranceles estadounidenses que ambos han sufrido, ya que Bruselas ha mantenido que no va a tomar partido en la guerra comercial EEUU-China.
Ante las dos rondas de aranceles de EEUU a las importaciones chinas, Pekín mostró hoy un lado más flexible con la Unión Europea, tal vez en un intento de mostrar a Washington que se pueden obtener concesiones por la vía negociadora.
Así, el gigante asiático prometió que continuará el proceso de apertura de su economía a inversiones y exportaciones europeas.
“China aumentará de forma significativa y reducirá los aranceles” a los productos necesarios a sus consumidores y sus empresas, aseguró Li, quien insistió a los periodistas en que Pekín busca un comercio “más equilibrado” con Europa.
El primer ministro dijo que esta mayor apertura beneficia ya o lo hará en un futuro próximo a sectores como agricultura, farmacia o automóvil.
Además, Pekín y Bruselas intercambiaron nuevas ofertas en las negociaciones para un tratado bilateral de inversiones que mantienen desde hace cuatro años y que han entrado en una “nueva fase”, en palabras de Li Keqiang.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, consideró que la cumbre ha logrado buenos progresos en esta cuestión y subrayó el convencimiento europeo de que el gigante asiático debe mejorar aún más las oportunidades que ofrece a las firmas extranjeras.
“Pensamos que China se puede abrir aún más”, afirmó Juncker tras la reunión en el Gran Palacio del Pueblo.
Las dos partes destacaron la buena marcha de las negociaciones para un acuerdo sobre indicaciones geográficas de productos agropecuarios, que esperan concluir para octubre.
Más aún, Pekín y Bruselas podrían anunciar pronto el inicio de un estudio de viabilidad para un posible acuerdo de libre comercio, lo que daría un mensaje “positivo” a nivel internacional, indicó Li.
El clima positivo que dominó esta cumbre de líderes europeos y chinos permitió acordar una declaración conjunta, un documento de doce páginas que repasa la relación bilateral, algo que no pudo lograrse en los dos años anteriores.
Tusk destacó que la UE habla de forma fluida con China sobre derechos humanos, aunque no mencionó casos concretos, en una aparente alusión al permiso que las autoridades dieron la semana pasada a Liu Xia, viuda del Nobel de la Paz Liu Xiaobo, para dejar el país tras ocho años de arresto domiciliario, con destino a Alemania.
Con información de EFE