China se opone a la decisión del G7 de introducir un tope a los precios del petróleo ruso, declaró este lunes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático, Mao Ning.
La vocera destacó que «garantizar la seguridad de suministro de energía global es de vital importancia». «Esperamos que los países pertinentes hagan esfuerzos constructivos para ayudar a aliviar la situación a través del diálogo y consulta, en lugar de hacer lo contrario», afirmó.
Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7), formado por EE.UU., Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Japón acordaron el pasado viernes establecer un tope a los precios del petróleo ruso. En su declaración conjunta, se precisa que prohibirán por completo los servicios que garantizan el transporte marítimo de crudo ruso y de productos petrolíferos a nivel global si se venden a un precio mayor del límite determinado «por la amplia coalición de países».
De momento, no ha trascendido una cifra concreta a nivel oficial, y solo se precisó que el tope inicial se basará en «una serie de aportaciones técnicas», al tiempo que se aclaró que podría ser revisado en el futuro.
Desde Moscú, se ha dejado claro que no suministrarán petróleo a países que se adhieran a la medida y que lo dirigirán a «destinos alternativos».