El rebrote del virus sigue golpeando a Chile. Este viernes, el país sudamericano superó por primera vez la barrera de los 8.000 nuevos contagios diarios; además, el número de pacientes en etapa activa de la enfermedad marcó un nuevo récord, con 45.202 personas con el virus.
Según informaron las autoridades sanitarias, en las últimas 24 horas Chile sumó 8.112 nuevos casos y 93 decesos. Superó así la máxima registrada el jueves -con 7.830 positivos- y rebasó la cifra de poco más de 7.000 casos de los meses más críticos de la pandemia, entre junio y julio del año pasado.
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«La variación de nuevos casos confirmados a nivel nacional es de 11 % y 29 % en los últimos 7 y 14 días, respectivamente», señaló el ministro de Salud chileno, Enrique Paris.
Junto a las malas cifras registradas en contagios, Chile también alcanzó su máximo en el número de ingresados a sus unidades de cuidados intensivos, con 2.804 pacientes. La presión hospitalaria del país está poniendo a los trabajadores sanitarios contra las cuerdas, con algunas regiones superando el 95 % de ocupación en centros médicos. En total, solo quedan 169 camas para pacientes en estado crítico.
El empeoramiento de la situación epidemiológica del país –el más avanzado en materia de vacunación en Latinoamérica– se debe principalmente a la presencia de las variantes brasileña y británica del virus. Razón por la que el jueves el Ejecutivo central decidió cerrar las fronteras de Chile por un mes. Junto a esta medida, también se decretó un toque de queda a las 21:00 y la apertura únicamente de los comercios esenciales.
Durante las festividades de Semana Santa, la cuarentena estricta aplicada actualmente en el país afecta al 97 % de la población chilena. Los expertos opinan que su exitoso programa de vacunación –con 6,8 de sus 19 millones de habitantes con al menos la primera dosis– podría haber jugado en su contra, generando un exceso de confianza entre la población.