Las naciones nucleadas en la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) hicieron sentir su voz en la IX Cumbre de las Américas, donde mostraron una gigantesca estatura moral.
No por anunciada dejó de llamar la atención la postura soberana y común de rechazo a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela del encuentro hemisférico, que expuso fracturas de pensamiento y visión contrarias a la intención de Estados Unidos, país anfitrión, de mostrar unidad en torno a la agenda propuesta.
Si bien durante el encuentro con sede en la ciudad de Los Ángeles se abordaron temas de interés común, los focos estuvieron dirigidos a la ausencia de La Habana, Managua y Caracas, y a la falta de fundamentos para justificarla.
La postura fue bien clara, una Cumbre de las Américas no puede ser tal si no están representados todos los gobiernos y pueblos del continente, declaración de principios compartida por la mayoría de los países de la región antes y durante el encuentro.
El primer ministro de Belice y presidente pro tempore de Caricom, John Briceño, calificó de imperdonable que los referidos países no fueran invitados, sobre todo por su importancia en la dinámica y el sistema de relaciones de la región y el resto del continente.
Es incomprensible que aislemos a países de las Américas que han brindado un fuerte liderazgo y aportado al hemisferio en los temas críticos de nuestro tiempo, apuntó Briceño durante su intervención ante los jefes de Estado y de Gobiernos asistentes a la cumbre.
El diálogo debe ser la prioridad
En la misma línea se expresó con anterioridad el jefe de Gobierno de Dominica, Roosvelt Skerrit, quien llamó al destacar el diálogo como vía para mediar las diferencias y enrutar al continente hacia la necesaria integración que demanda el contexto global actual.
“Es una farsa esperar que un problema (…) pueda resolverse sin un diálogo común, aceptación, voluntad política, cooperación, acción acordada e implementación conjunta”, dijo Skerrit.
A la vez insistió en que “el verdadero multilateralismo alberga e incluye a todos, da voz a todos y muestra respeto por todos”.
El primer ministro de Dominica también se expresó a favor del cese del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace más de 60 años, política que consideró injusta e irrespetuosa de los derechos de los ciudadanos de ese país.
Las acciones punitivas de Washington hacia La Habana también fueron rechazadas por los estados miembro de Caricom y otras del continente, que la consideran un rezago de los años más críticos de la Guerra Fría.
“(…) dada la trayectoria e historial de extraordinario humanitarismo de Cuba, invito a esta comunidad a unirse a mí para pedir el cese del bloqueo contra el Gobierno y Pueblo de Cuba, y el cese de la injusta inclusión de Cuba como Estado que patrocina el terrorismo”, solicitó Skerrit.
Violación de los DDHH
Por su parte el primer ministro de Bahamas, Philip Davis, apuntó a los daños humanos de esa política, denunciada en reiteradas ocasiones por las autoridades cubanas, quienes la clasifican como violatoria de los derechos fundamentales de sus ciudadanos al, por ejemplo, atentar contra el desarrollo de sectores tan sensibles como la salud y la educación.
“Tenemos que ver que mientras existan estos embargos y bloqueos y sanciones contra Cuba, lo que se logra es perjudicar a la población”, aseguró el político bahamés.
El presidente pro tempore de Caricom, John Briceño, recordó que el bloqueo a Cuba es ilegal y una afrenta a la humanidad; “de hecho, es antiamericano”, apuntó en su intervención.
“Ha llegado la hora, señor presidente (Joseph Biden, anfitrión de la cumbre), de levantar el bloqueo y construir lazos de amistad con el pueblo de Cuba”, afirmó.
Desde fuera de Caricom también se llamó con fuerza al cese de las políticas hostiles contra países del área, las exclusiones y falta de memoria histórica.
“El silencio de los ausentes nos interpela”, dijo al respecto el presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien recordó que Venezuela también es blanco de un bloqueo por parte de Estados Unidos.
Con medidas de este tipo se busca condicionar a los gobiernos, afirmó el mandatario, pero en realidad solo se lastima a los pueblos. “Definitivamente, hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas”, aseguró.
Las Malvinas fueron ignoradas
Fernández, además presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, llamó la atención sobre un acto de desmemoria al señalar la ausencia de la las Islas Malvinas del logo de la Cumbre, territorio considerado parte inalienable de su país y ocupado por Reino Unido desde 1833.
“Argentina es un país pacífico. Seguimos reclamando por las vías diplomáticas nuestros legítimos derechos y confiamos en el diálogo”, sostuvo Fernández al respecto.
La “Cumbre sin las Américas”, como la llaman analistas a causa de la ausencia de países y mandatarios, da sus últimos campanazos, mientras en las calles de Los Ángeles más de mil participantes en la paralela Cumbre de los Pueblos marcharán por la democracia, la inclusión y el diálogo.
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