A pocas horas de la inscripción de precandidaturas presidenciales en Chile, la oposición de centroizquierda estaba sumida en el caos y veía caer a sus candidatos debido a los coletazos de las elecciones del fin de semana, cuando los chilenos castigaron a los partidos políticos tradicionales y favorecieron a los independientes.
En los comicios del sábado y domingo, en los que el oficialismo derechista también fue zarandeado con su peor votación en décadas, los chilenos abrieron las puertas para que una mayoría de independientes escriba una Constitución para reemplazar a la impuesta por la dictadura militar (1973-1990), dejando atrás a la centroizquierda. También se eligieron alcaldes, gobernadores y concejales.
La elección más importante para los chilenos fue la que definió a los 155 miembros de la convención constitucional que redactarán la nueva Carta Magna, en la que se impusieron los independientes, mayoritariamente de izquierda.
Los resultados dieron vuelta al tablero de los partidos políticos de la centroizquierda y desordenaron las fichas de sus precandidatos presidenciales con miras a las elecciones presidenciales del 21 de noviembre. El bloque opositor, que alternado con la centroderecha gobernó los 30 años que siguieron a la dictadura militar, recibió el 14,47% de los sufragios.
La oposición compitió fragmentada en las elecciones y perdió frente a la alianza entre el Partido Comunista (PC) y el izquierdista Frente Amplio, que obtuvo el 18,74% de los votos. Ante los magros resultados, la centroizquierda estaba sumida en ambiente desolador que en las últimas horas terminó con la caída de los precandidatos del Partido Por la Democracia (PPD), del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y otro de las colectividades menores. El postulante del Partido Radical (PR) aún no se pronuncia.
La favorecida con las renuncias fue la precandidata socialista Paula Narváez, que fue designada a dedo por la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, y se ubica en los últimos lugares de las encuestas. Narváez había dicho que es partidaria de competir con la izquierda en las primarias, las que obligan a los perdedores a asumir el programa del ganador.
“Hay que hacer primarias lo más amplias posibles, amplias, sin exclusiones”, dijo Narváez tras recibir el apoyo del PPD.
Se esperaba que la opositora presidenta del Senado, Yassna Provoste, reemplazara en la precandidatura a su renunciada camarada del PDC, Ximena Rincón, porque ella es una de las políticas mejor evaluadas en el país por la forma en que ha conducido las negociaciones con el gobierno que buscan más ayudas sociales para millones de chilenos afectados por la crisis económica que siguió a la pandemia. Sin embargo, de momento declinó asumir como precandidata presidencial del centrista PDC y competir con la socialista Narváez. Dijo que la oposición “requiere unidad de propósitos”, lo que “no se logra con improvisación”.
Añadió que el PDC, antes de inscribir candidaturas, debe escuchar a la ciudadanía e “intentar al menos entender en lo profundo el resultado electoral de lo que sucede en el país y asumir lo mal que se ha hecho”.
Antes de la debacle electoral, la centroizquierda aún no decidía si competir con el bloque de izquierda en las primarias presidenciales del próximo 18 de julio, pero tras la sucesiva caída de las precandidaturas, el Partido Socialista anunció que competiría en las primarias en una lista única con el Partido Comunista y el Frente Amplio, que llevan como precandidatos al alcalde Daniel Jadue y Gabriel Boric, respectivamente. Así, dejaba atrás su tradicional alianza con el centrista PDC.
Sin embargo, y cuando militantes socialistas esperaban a su candidata Narváez en las afueras del edificio del Servicio Electoral, el pacto se cayó a pocas horas del vencimiento del plazo para inscribir a los precandidatos.
“Ellos (el PC y el FA) se han farreado una oportunidad y no dan garantías de gobernabilidad para Chile, porque se necesita honrar la palabra, se necesita ser transparente y se necesita tener el mismo discurso en lo privado y en lo público para darle garantías al país”, dijo Narváez en alusión a un supuesto veto del FA a la participación del PPD y del pequeño Partido Liberal. El bloque de izquierda no ha entregado su versión.
“Hemos sido notificados de un veto hacia quienes apoyan mi candidatura”, agregó.
Narváez aseguró que los socialistas participarán en las primarias, pero no dijo con quién.
Ante los sorprendentes resultados del fin de semana, que los analistas y las encuestas no supieron ver, de momento no es posible hacer pronósticos sobre los resultados de las elecciones presidenciales del 21 de noviembre, cuando también se renovarán a la totalidad de los diputados y a la mitad de los senadores. AP