Brasil registró 1.252 muertes por COVID-19 en el último día, con lo que el balance total de víctimas subió hasta los 61.884, mientras que el número de casos ya sobrepasa los 1,49 millones de infectados, informó este jueves el Gobierno.
De acuerdo con el más reciente balance del Ministerio de Salud, con 48.105 nuevos infectados en las últimas 24 horas, el gigante sudamericano alcanzó los 1,496.858 casos confirmados.
De ese total, 582.158 pacientes todavía están bajo acompañamiento y otros 852.816 ya se recuperaron.
No obstante, continúan en investigación 3.931 muertes sospechosas.
Brasil es el segundo país del mundo más castigado por el coronavirus, apenas por detrás de Estados Unidos, y continúa posicionándose como uno de los focos globales de la pandemia y el principal epicentro de COVID-19 en Latinoamérica.
Sin embargo, un estudio divulgado este mismo jueves por el Ministerio de Salud y que analizó muestras de sangre de 89.397 personas en 133 ciudades, reveló que el 3,8 % de los brasileños habría contraído la enfermedad, lo que elevaría el total de contagiados a 8 millones.
El estado de Sao Paulo, la región más industrializada y poblada de Brasil, con unos 46 millones de los 211 millones de habitantes del país, continúa como el epicentro de la pandemia con 15.351 muertos y 302.179 infectados.
Le siguen Río de Janeiro, con 10.332 víctimas y 116.823 casos confirmados, y Ceará, que con 6.284 muertos y 115.524, que es el estado más afectado del nordeste de Brasil, una de las regiones más empobrecidas del país y también una de las más afectadas por la pandemia.
La «cidade maravilhosa» vuelve a la vida
A pesar del creciente número de casos, muchas regiones del país continúan flexibilizando las cuarentenas y este jueves Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, hizo efectiva otra de las fases de su acelerada desescalada con la apertura de restaurantes, bares y gimnasios.
En una rueda de prensa, el alcalde Marcelo Crivella se mostró esperanzado en que no se presente una recaída con la reactivación de las actividades, pero justificó su decisión de levantar el confinamiento por el «enorme» impacto que sufrió la economía en la ciudad y el «gigantesco» nivel de desempleo que dejó.
El alcalde autorizó la reapertura desde este mismo jueves de los restaurantes, los bares y los gimnasios, con horarios restringidos, mesas distanciadas y exigentes medidas de precaución sanitaria.
La «cidade maravilhosa» ya había autorizado la apertura de centros comerciales, los negocios de las calles, los concesionarios de vehículos y las actividades deportivas en las playas.
Río es la única ciudad de Sudamérica que ya autorizó el regreso de su campeonato profesional de fútbol y hasta tiene previsto abrir los estadios al público el próximo 10 de julio.
Sao Paulo, el motor económico de Brasil, no se queda atrás.
Con mayor prudencia pero también presionado por los empresarios, el Gobierno regional ha anunciado también por fases la reactivación de su economía que hasta el momento solo se ha efectuado en algunos de los municipios de la región.
En el proceso de desescalada por la pandemia, Sao Paulo al parecer será el primer estado del país en anunciar la apertura de cines y teatros, según señalaron varias entidades culturales, una comunicación que esperan confirme el gobernador Joao Doria este viernes.
EFE