El saliente presidente brasileño, Jair Bolsonaro, eliminó la prohibición de entrada al país que tenía su par venezolano, Nicolás Maduro, quien ahora podrá asistir a la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva, el próximo domingo.
La decisión fue publicada este viernes en el Diario Oficial de la Unión, según los medios locales. Esta determinación tomada por el mandatario brasileño deja sin efecto el decreto interministerial de agosto de 2019 que impedía el ingreso del presidente venezolano y de los altos funcionarios de su Gobierno al país vecino.
La revocación del decreto de 2019 fue firmada el pasado jueves por el ministro sustituto de Justicia y Seguridad, Antonio Ramirez Lorenzo, y por el actual titular de Relaciones Exteriores, Carlos França, reseña Estadão.
En el texto de 2019, recoge Metrópoles, se establecía una «regla para impedir el ingreso al país de altos funcionarios del régimen venezolano» debido a que la Administración del derechista consideraba que con sus actuaciones «contravenían los principios y objetivos de la Constitución» y «atentaban contra la democracia, la dignidad de la persona humana y la prevalencia de los derechos humanos».
Hasta el momento, no se conoce la reacción de Caracas ante esta determinación.
Años de tensas relaciones
La semana pasada, el Gobierno venezolano anunció la designación de Manuel Vicente Vadell como embajador de ese país en Brasil, a partir del 1 de enero de 2023, con la finalidad de abrir un nuevo ciclo de relaciones entre ambos países.
Ambas naciones vivieron momentos de tensión desde 2016, tras el golpe de Estado constitucional contra la expresidenta Dilma Rousseff y la llegada al poder de Michel Temer.
A partir de ese año, las relaciones se mantuvieron en su nivel más bajo y Venezuela mantuvo en territorio brasileño a encargados de negocios.
En 2019, Bolsonaro manifestó su apoyo al exdiputado opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó «presidente encargado», y en 2020 ordenó retirar a todo su personal diplomático del país vecino.
A pesar de estas fracturas en la sólida relación estratégica y comercial que mantenía Venezuela y Brasil desde 2003, nunca hubo una ruptura total entre ambas naciones.