El pedido de Chile al papa Francisco para que se abstenga de opinar sobre el centenario diferendo marítimo con Bolivia, en su próxima visita en enero, refleja una posición “radical y dura”, reaccionó este martes el gobierno del presidente Evo Morales.
AFP
“Refleja una postura radical y dura, identificada también con los resabios de la dictadura chilena”, afirmó la ministra de Comunicación Gisela López, citada por la agencia de noticias estatal boliviana ABI.
El gobierno de Morales reaccionó tras conocer que Chile solicitó a la Santa Sede que el papa Francisco evite comentar el diferendo con Bolivia hasta que a finales de 2018 la Corte Internacional de Justicia de la Haya (CIJ) falle al respecto.
En 2015, cuando visitó tierras bolivianas, Francisco consideró que “el diálogo es indispensable” y abogó por soluciones “compartidas, razonables, equitativas y duraderas” tras reconocer que el anhelo de Bolivia de una salida al mar es justo.
“No nos sorprende” lo que solicitó el gobierno de Michelle Bachelet, pues “refleja un temor de parte de la política chilena, del gobierno chileno. Refleja un evidente temor respecto de esta corriente de opinión de líderes internacionales” a favor de la demanda de Bolivia, dijo Gisela López.
El gobierno de Morales demandó en 2013 a Chile ante la CIJ para obtener una salida al mar. Santiago consideró a su vez que no tiene asuntos bilaterales pendientes, pues un tratado de paz definió la línea fronteriza entre ambos países tras una guerra a fines del siglo XIX, cuando Bolivia perdió toda su costa marítima.
Francisco prevé permanecer en Chile del 15 al 18 de enero de 2018, para luego viajar a Perú hasta el 21 del mismo mes.