El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el jueves que acusó a Boeing de complot para cometer un fraude por no haber facilitado toda la información del proceso de aprobación del 737 MAX, su modelo que sufrió dos accidentes mortales.
El gigante aeronáutico aceptó pagar más de 2.500 millones de dólares por saldar ciertas demandas, entre ellas una multa penal de 234 millones de dólares, 1.700 millones de dólares a sus clientes y 500 millones de dólares para un fondo destinado a indemnizar a los parientes de las víctimas de los accidentes de Lion Air en octubre de 2018 y de Ethiopian Airlines en marzo de 2019.
«Los empleados de Boeing preferían las ganancias a las franquicias al ocultar información importante sobre el uso de su avión 737 MAX a la FAA (autoridad de aviación de Estados Unidos) y al tratar de encubrir su engaño», denunció un responsable del Departamento de Justicia, David Burns, por medio de un comunicado.
El acuerdo entre las autoridades y la compañía «responsabiliza a Boeing por la mala conducta criminal de sus empleados, aborda el problema del impacto financiero de las aerolíneas clientes de Boeing y, se espera, proporcionará alguna forma de indemnización a los familiares y seres queridos de las víctimas de los accidentes», agregó.
Boeing, siempre según el comunicado, admitió que dos de sus empleados habían inducido al error al grupo de la FAA encargado de evaluar la seguridad del aparato sujeta al programa de vuelo MCAS, relacionado con los dos accidentes.
Los documentos emitidos posteriormente por la agencia de aviación no contenían información esencial sobre este «software», que no fue por lo tanto incluida en los manuales para los pilotos y para los entrenadores.
Según los términos del acuerdo, Boeing aceptó seguir cooperando con las autoridades en todas las investigaciones en curso y futuras.
El constructor también se ha comprometido a informar a las autoridades sobre cualquier ejemplo o sospecha de fraude cometido por uno de sus empleados.
Sin embargo, el departamento de Justicia no consideró necesario nombrar un inspector independiente para la empresa.
El modelo 737 MAX permaneció en tierra durante veinte meses tras el segundo accidente en marzo de 2019. Fue autorizado a volar en noviembre pasado en Estados Unidos y poco después en otros países.