El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo este viernes una conversación telefónica con el primer ministro canadiense y ambos líderes acordaron otro intercambio el próximo mes, y después se entrevistó con su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con quien habló sobre la pandemia y temas migratorios.
Las llamadas de este viernes son los primeros intercambios con líderes extranjeros desde que asumió el cargo esta semana.
La Casa Blanca informó que durante su llamada de una media hora, Biden y Trudeau «destacaron la importancia estratégica» del vínculo y hablaron sobre cómo reforzar la «cooperación bilateral con una agenda amplia y ambiciosa» que incluye la lucha contra la pandemia del Covid-19, el fortalecimiento de los vínculos económicos, de defensa y el desafío del calentamiento global.
Y «acordaron reunirse el mes próximo para avanzar en el importante trabajo de renovar la profunda y duradera amistad entre Canadá y Estados Unidos», según un comunicado del gobierno de Ottawa.
La modalidad del encuentro bilateral -virtual o en persona- y la fecha quedan pendientes, informó el entorno del líder canadiense, pero el comunicado de la Casa Blanca indicó que ambos líderes acordaron simplemente «volver a hablar» el próximo mes.
La conversación con Trudeau estuvo centrada en la lucha contra la pandemia, pero también abordó temas espinosos como la decisión del gobierno de Biden de terminar con un oleoducto entre ambos países, informó Ottawa.
«El primer ministro expresó la decepción de Canadá con la decisión de Estados Unidos sobre el oleoducto Keystone XL», indicó el gobierno canadiense.
– Migración y Covid-19 –
Por su parte López Obrador informó en Twitter que en su conversación con Biden, el mandatario estadounidense se mostró «amable y respetuoso» hacia México.
«Tratamos asuntos relacionados con la migración, el #COVID19 y la cooperación para el desarrollo y el bienestar. Todo indica que serán buenas las relaciones por el bien de nuestros pueblos y naciones», escribió López Obrador.
Un comunicado de la cancillería mexicana detalló que López Obrador celebró que Biden haya reconocido «las aportaciones de la comunidad migrante mexicana en Estados Unidos» y reiteró la posición de su gobierno de que la solución al fenómeno de la migración «pasa por la promoción del desarrollo en las comunidades de origen».
En cuanto al covid-19, los presidentes subrayaron la necesidad de «una cooperación efectiva» y acordaron que sus gobiernos colaborarán para enfrentar los retos derivados de la situación sanitaria global.
Ambos países tienen espinosos temas que tratar en la agenda: desde el flujo migratorio, pasando por la lucha antidrogas, hasta el tráfico de armas estadounidenses hacia territorio mexicano.
La reformulación del combate al narcotráfico es uno de los temas más intrincados, en un momento en que la estrategia que implicó al ejército mexicano parece agotada y el presidente mexicano busca prescindir de la Iniciativa Mérida, un acuerdo de cooperación entre ambos países.
López Obrador fue, junto con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los líderes que más tardó en felicitar a Biden por su victoria, en medio de la campaña del exmandatario republicano Donald Trump de cuestionar los resultados electorales.
El vínculo entre Trump y López Obrador comenzó con tensiones, luego de que el expresidente estadounidense amenazara a México con aranceles si no frenaba el flujo de inmigrantes centroamericanos en la frontera sur de Estados Unidos. Ante la presión, México movilizó a miles de uniformados para contener el éxodo.
Después, aceptó firmar los Protocolos de Protección al Migrante, que estipulan que los extranjeros que llegan a la frontera sur de Estados Unidos para pedir asilo deben aguardar la resolución en territorio mexicano.
Su primer y único viaje internacional fue a Estados Unidos en julio de 2020, en plena campaña electoral estadounidense, y unos días antes de dejar el cargo Trump le agradeció su «amistad».
Para Ricardo Alday, exdiplomático mexicano experto en relaciones internacionales, esta llamada es «un gesto de buena voluntad y de pragmatismo político de ambas partes. En especial de Biden, luego de todo lo que tardó López en reconocer su triunfo».
– «Un campo minado» –
Biden y López Obrador sostuvieron una conversación el 19 de diciembre centrada en el tema migratorio. Tras el diálogo, el dirigente mexicano dijo que «no hay nada que temer» y que no hay motivos para presagiar una «mala relación».
Biden anunció tras jurar en el cargo este miércoles que suspenderá la aplicación de los Protocolos de Protección al Migrante y decretó la suspensión de las obras para completar el muro fronterizo con México que Trump prometió desde su primera campaña electoral.
Alday señaló que «la agenda bilateral es un campo minado» y que en la mayoría de los temas «hay posiciones encontradas» por lo que será una gran prueba para la voluntad de ambos de trabajar juntos.
«El presidente López la tiene más difícil porque ha desaparecido el carácter transaccional que le sirvió con Trump, y es un regreso a un esquema más institucional, con sus beneficios y sus retos», concluyó. AFP