La ciudad-estado de Berlín y el estado de Múnich, en Alemania, han suspendido la vacunación contra el coronavirus con las dosis de AstraZeneca para todos los menores de 60 años, mientras este martes por la tarde se reúnen las autoridades sanitarias de los estados federados y el Ministerio de Sanidad del país para abordar la cuestión.
La responsable de Sanidad de la capital alemana, Dilek Kalayci, ha fundamentado este martes la decisión por los posibles efectos secundarios adversos, después de que hospitales públicos de la ciudad, Charité y Vivantes, anunciaron la pausa en la administración del fármaco la compañía anglo-sueca solo para las mujeres menores de 55 años.
Según informaron portavoces de las dos entidades, se trataba de una medida de precaución ante los casos de trombosis venosa cerebral y otros problemas de coagulación detectados, pese a que las autoridades sanitarias europeas y la Organización Mundial de la Salud determinaron que estos casos son «muy inusuales».
Charité explicó en un comunicado que se tomaba la decisión, a la espera de una evaluación del riesgo definitiva, tras detectarse «más trombos venosos cerebrales en Alemania», aunque dichas complicaciones no se han detectado en sus hospitales. En la misma línea, el grupo Vivantes, que gestiona clínicas y residencias, determinó suspender la administración de vacunas de AstraZeneca a mujeres jóvenes como una medida de precaución.
Hasta el momento, dos tercios del personal de Charité, formado unas 19.000 personas, ya han recibido al menos una dosis del antídoto. De ellos, un 70 % ha recibido el fármaco de AstraZeneca, según ha publicado el diario Tagesspiegel, quien avanzó la suspensión parcial de la campaña.
Después del dictamen favorable del regulador europeo
A principios de mes, una decena de países europeos suspendieron temporalmente la vacuna de la farmacéutica anglo-sueca, mientras se investigaban los trombos detectados, tras la administración del antígeno de AstraZeneca. Pero el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) evaluó los casos uno por uno y recomendó “seguir administrando” la vacuna.
En su informe, consideró que los «beneficios» de la vacuna seguían superando «con creces a sus riesgos», y que no se había podido concluir que los casos tromboembólicos estuvieran relacionados con la vacuna, cuando el número de eventos detectados en personas vacunadas era menor que el número observado en la población general. «Tampoco podemos descartar completamente que exista una relación», añadieron, y aseguraron que se seguiría investigando.
No obstante, Francia rompió con las directrices del regulador médico europeo y el 19 de marzo decidió que solo la administraría a personas de 55 años o más, basándose en la evidencia de que la coagulación afectaba a personas más jóvenes.
Del mismo modo, las autoridades sanitarias de Canadá anunciaron el lunes que dejarían de administrar la vacuna de AstraZeneca a los menores de 55 años y exigieron un nuevo análisis de los beneficios y riesgos de la vacuna en función de la edad y el sexo.