Primero fueron los mercados sociales, que en plena crisis europea pusieron el pie en Austria en 2008 con notable éxito.Ejemplos como los “Vinzimarkt”, supermercados que se nutren de donaciones de empresas y ofrecen comida a precios rebajados para clientes con bajos ingresos, han abierto el camino a un concepto similar destinado a mascotas, cuya alimentación se ha dificultado con la crisis para muchos propietarios.
El proyecto social conocido como “Futterbox” (“caja de alimentos”, en alemán) recibe donaciones en forma de alimentos o dinero para contribuir a hacer frente a los gastos que significa tener un animal de compañía.
“Nosotros ayudamos a alimentar a las mascotas pero la responsabilidad final sigue siendo de los propietarios”, explica a Efe en Viena Nikodemus Catikkas, fundador y presidente de “Futterbox”.
En la capital austríaca, esta iniciativa llega actualmente a medio centenar de hogares, con una estimación de sesenta mascotas.
A día de hoy, las donaciones permiten cubrir las necesidades de todas las personas que solicitan ayudas en Viena, e incluso pagar gastos de veterinario.
El proyecto fue lanzado inicialmente en 2013 en la ciudad de Sankt Pölten, capital del estado federado de Baja Austria, cuando la crisis económica evidenciaba las dificultades que muchas familias tenían para mantener a sus mascotas.
El éxito logrado en esta localidad provincial llevó al grupo de voluntarios a trasladarlo a Viena, donde reparte cada tres semanas cuatrocientos kilogramos de comida para animales de compañía, sean perros, gatos o pájaros.
Y desde hace unos pocos meses la organización ha creado también una sede en Graz, la segunda ciudad de Austria, situada en el estado federado de Estiria, sur del país.
Las personas que se acercan a “Futterbox” provienen de diferentes estratos sociales pero tienen algo en común: la crisis ha mermado dramáticamente sus ingresos.
Se trata de pensionistas que no reciben suficiente dinero, personas divorciadas, jóvenes o personas sin techo.
Para recibir las ayudas de “Futterbox” todas deben cumplir una serie de criterios.
“En caso de que en el hogar viva una sola persona, ésta debe tener unos ingresos por debajo de los 880 euros al mes. En caso de vivir dos personas, deben disponer de menos de 1.310 euros al mes”, explica Nikodemus.
Además, las personas que acuden a “Futterbox” deben tener un máximo de cuatro animales por hogar y haber tenido la mascota ya antes de solicitar las ayudas a esta iniciativa privada.
El origen de “Futterbox” son proyectos similares en la vecina Alemania, que llamaron la atención de Nikodemus, quien se puso manos a la obra y buscó a voluntarios dispuestos a ayudar.
La iniciativa recibe donaciones periódicas de tiendas de animales pero también de personas individuales que quieren contribuir a garantizar una vida mejor para los animales de compañía en hogares con pocos recursos.
“Deseamos expandir ‘Futterbox’ a más ciudades del país. Trabajamos para que el proyecto se estabilice más en estas tres ciudades y para conseguir nuevos voluntarios que nos permitan abrir nuevos puntos de donación de alimentos en otras localidades”, señala Nikodemus.
EFE