Auschwitz es un conjunto de campos de trabajo, concentración y exterminio ubicado en el sur de Polonia en el que los nazis cometieron su mayor masacre durante el Tercer Reich. En total, más de un millón de personas fueron asesinadas en las distintas cámaras de gas del complejo, según datos del museo que custodia la memoria de las atrocidades cometidas en ese lugar, convertido para visitantes de todo el mundo en el lugar de referencia para conocer de primera mano los horrores de la Alemania nazi. Pese al respeto que expresan la mayoría de quienes se desplazan hasta este espacio, los responsables de las visitas al complejo se han visto obligados a rogar a quienes acudan a él que eviten hacerse selfies y fotos que frivolicen los hechos que allí ocurrieron.
“Cuando venga a Auschwitz, recuerde que está en un lugar en el que fueron asesinadas más de un millón de personas. Respete su memoria. Hay lugares mejores para aprender a andar sobre una viga que en un lugar que simboliza la deportación de cientos de miles de personas”, han lamentado los responsables del museo de Auschwitz en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter esta semana. En él, la dirección del complejo incluye cuatro fotografías que muestran a otros tantos visitantes haciendo equilibrismo sobre las vías férreas de la antigua línea que transportaba hasta el complejo a quienes fueron recluidos en él, 1.300.000 personas, de las que 1.100.000 fueron asesinadas. Más del 90% de los exterminados eran judíos. El 10% restante eran en su mayoría polacos no judíos (unos 70.000), gitanos (21.000) y prisioneros de guerra soviéticos (14.000). También homosexuales y testigos de Jehová fueron víctimas del horror nazi en este lugar.
“Cada año nos visitan cientos de miles de personas de todo el mundo, y lamentablemente vemos como una parte de ellos aprovechan su recorrido por el antiguo campo de concentración para hacerse fotos en actitud frívola, sin tener en cuenta que están en un lugar donde tuvo lugar una tragedia humana”, han señalado a Efe responsables del museo.
No es la primera vez que hacerse fotos en memoriales del Holocausto provocan rechazo. En 2017, el artista israelí Shahak Shapira se vio inmerso en una polémica por un proyecto que combinaba posados frívolos de los visitantes del memorial del Holocausto de Berlín con imágenes reales de las víctimas del Holocausto. “Auschwitz es un lugar al que venir a recordar un episodio trágico de la historia, a reflexionar y a aprender lo que debemos evitar para que algo así se repita, no es un lugar para frivolizar”, insisten los responsables del lugar.
No solo en las cámaras de gas. La muerte en Auschwitz se repetía en el conjunto de sus instalaciones, ya que muchos de los allí recluidos morían víctimas de los malos tratos, el hambre, el agotamiento y las enfermedades. Auschwitz es hoy patrimonio de la Humanidad de la Unesco y un museo memorial de 200 hectáreas que en 2017 visitaron 2.100.000 personas.
When you come to @AuschwitzMuseum remember you are at the site where over 1 million people were killed. Respect their memory. There are better places to learn how to walk on a balance beam than the site which symbolizes deportation of hundreds of thousands to their deaths. pic.twitter.com/TxJk9FgxWl
— Auschwitz Memorial (@AuschwitzMuseum) March 20, 2019