El Muro dividió Berlín desde 1961 a 1989 en dos mitades, este y oeste, pertenecientes respectivamente al estado socialista de la República Democrática Alemana
Alemania conmemora este sábado el 35 aniversario de la caída del Muro de Berlín, el evento que marcó el final de la separación de posguerra entre el este y el oeste del país, en un momento de crisis política por el colapso de la coalición de Gobierno liderada por el canciller Olaf Scholz, quien pidió a la población que haga un ejercicio de unidad en un «desafiante» momento político tanto para el país como para el mundo.
«El mensaje de la revolución de 1989 es más relevante que nunca: el coraje, la confianza y la solidaridad dan sus frutos. No logramos nada unos contra otros, sólo somos fuertes juntos», manifestó el canciller en un mensaje publicado en sus redes sociales.
«Nuestra historia compartida en el otoño de 1989 nos muestra cómo alcanzamos nuestros objetivos: permaneciendo unidos, por la paz y la libertad, por la seguridad y la prosperidad, por el Estado de Derecho y la democracia», expresó el canciller en un videomensaje en el que ha descrito la caída del Muro como el «feliz punto culminante de un desarrollo paneuropeo».
En esta línea, Scholz hizo un llamado a la solidaridad internacional en general y a la europea en particular, recordando para ello cómo contribuyeron los «vecinos» de Alemania a este acontecimiento histórico en el mismo mensaje, recogido por la cadena de televisión alemana Deutsche Welle.
Colapso de la coalición
El pasado miércoles, Scholz anunció la salida de los liberales de la coalición de Gobierno, al tiempo que aseguró se sometería a una moción de confianza el 15 de enero, lo que implicaría nuevas elecciones en marzo. Si bien el canciller alemán descartó en un inicio cambiar el calendario, este viernes al término del Consejo Europeo informal celebrado en Budapest, no se ha mostrado tan rotundo.
La fractura de la coalición formada por el Partido Socialdemócrata de Scholz, Los Verdes y el liberal FDP se produce debido a los desacuerdos ante el agujero de 1.000 millones de euros en los Presupuestos y la crisis económica en el país, cuya respuesta ha provocado una escisión dentro de la alianza.
Así las cosas, el principal líder opositor, Friedrich Merz, es ya el candidato oficial del bloque conservador a la Cancillería y figura como favorito en intención de voto, mientras que el actual ministro de Economía, Robert Habeck, ha anunciado este viernes su intención de postularse como candidato por el partido Los Verdes, integrante de la actual coalición de Gobierno.
Este fin de semana, la ciudad de Berlín quedará cubierta de miles de carteles a lo largo de cuatro kilómetros del recorrido del antiguo muro y el domingo, en particular, la capital del país será escenario de un macroconcierto protagonizado por un conjunto de «cientos» de músicos populares, según ha explicado el Ayuntamiento de la ciudad en su página web.
El Muro dividió Berlín desde 1961 a 1989 en dos mitades, este y oeste, pertenecientes respectivamente al estado socialista de la República Democrática Alemana, en el territorio bajo ocupación soviética tras el final de la Segunda Guerra Mundial, y a la República Federal de Alemania, alineada con Estados Unidos y sus aliados occidentales.
La estructura era una expresión del llamado Telón de Acero, la histórica competencia entre la Unión Soviética y Estados Unidos durante el periodo de la Guerra Fría, y su levantamiento acabó por cerrar el único espacio que quedaba entre el este y el oeste, después de que las autoridades de Alemania Oriental cerraran la mayor parte de la frontera con Alemania Occidental, desde el Mar Báltico hasta la antigua Checoslovaquia, en 1952.
La caída del Muro acabó por culminar una ola de protestas que, un mes antes, habían motivado la división del presidente de la República Democrática Alemana, Erich Honecker. Multitudinarias manifestaciones exigían para el país una reforma similar a la ejecutada por el líder soviético, Mijail Gorbachov.
Finalmente, en una trascendental rueda de prensa nocturna el 9 de noviembre de 1989, el secretario de Información del gubernamental Partido Socialista Unificado de Alemania, Gunter Schabowski, anunció que los ciudadanos del país tendrían permiso para viajar legalmente al extranjero, hasta entonces el privilegio de unos pocos.
Schabowski indicó, con aire dubitativo y para sorpresa de todos los medios presentes, que esta medida entraría en vigor inmediatamente cuando, en realidad, su ejecución estaba prevista para las 04.00 de la mañana del día siguiente, pero la suerte estaba ya echada: su declaración provocó la movilización inmediata de decenas de miles de personas poco antes de la medianoche, momento en que los guardias fronterizos decidieron abrir los pasos y la ciudadanía comenzó a derribar la histórica estructura, transformada ya en reliquia.