Al menos nueve personas murieron en las carreteras de la costa este de EEUU en accidentes vinculados a la fuerte tormenta de nieve y viento que azota la zona y que ha obligado a declarar el estado de emergencia en nueve estados.
Los fallecimientos se produjeron en accidentes de tráfico causados por el temporal en Carolina del Norte (5 muertos), Tennessee (2), Kentucky (1) y Virginia (1) entre el miércoles y la pasada madrugada, informaron los cuerpos policiales de esos estados.
La mayoría de accidentes tuvieron lugar cuando los conductores perdieron el control de sus vehículos a causa del hielo en el pavimento y el fuerte viento.
Los estados de Carolina del Norte, Virginia, Maryland, Delaware, Pensilvania, Kentucky, Virginia Occidental, Nueva Jersey y Tennessee, así como el Distrito de Columbia, donde se encuentra Washington, la capital, han declarado el estado de emergencia.
Además, 114.000 hogares se quedaron sin suministro eléctrico en Carolina del Norte, informó la compañía Duke Energy. Los cortes en el servicio también se extendieron a estados vecinos como Carolina del Sur, Kentucky, Tennessee, Virginia y Virginia Occidental.
En cuanto al tráfico aéreo, el portal especializado FlightAware informó de que 3.097 vuelos interiores o con origen o destino en EEUU fueron cancelados el viernes, 4.057 el sábado y 1.010 el domingo.
Está previsto que la tormenta Jonas, la primera de esta virulencia en lo que va de invierno, dure al menos 36 horas y deje grosores de hasta 76 centímetros de nieve con vientos de hasta 96 kilómetros por hora, lo que ha obligado a declarar la situación de emergencia en seis estados.
La capital del país, Washington D.C., está en el centro de la tormenta, que mantiene en máxima alerta a 29 millones de personas y afectará a un total de casi 100 millones a lo largo de la costa este desde Atlanta (Georgia) hasta Connecticut.
Se espera que en Washington y Baltimore (Maryland), Jonas deje acumulaciones de nieve que podrían llegar hasta los 76 centímetros, mientras que en ciudades como Filadelfia (Pensilvania) y Nueva York los máximos que se prevén son de 61 centímetros.
Si los pronósticos aciertan, Washington podría superar el récord histórico de acumulación de nieve, fijado en enero de 1922, cuando se registraron 71 centímetros de grosor.
“Estamos hablando de una nieve húmeda y pesada, y de vientos muy potentes que podrían hacer caer árboles y provocar cortes eléctricos a gran escala”, explicó el viernes en una rueda de prensa la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser.
Bowser advirtió de que se trata de una tormenta “de vida o muerte” y pidió a los ciudadanos que se abastezcan de todo lo necesario para pasar al menos 72 horas sin salir de sus casas.
El metro de la capital permanecerá cerrado el fin de semana, los autobuses dejaron de operar a mediodía del viernes y, pese a los esfuerzos de las máquinas quitanieves, las calles de la ciudad están casi impracticables.
A Nueva York la tormenta llegó antes de lo esperado, ya que no se preveía su llegada hasta primera hora del sábado, pero durante la noche del viernes ya empezó a nevar en la Gran Manzana.
El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, decretó el estado de emergencia por temporal de invierno para el sábado. EFE