Al menos 45 personas, entre ellas 10 civiles, murieron este sábado en bombardeos aéreos y combates entre las fuerzas progubernamentales sirias y grupos rebeldes en el noroeste del país, informó una oenegé.
«Los bombardeos de la aviación siria y rusa y los combates en el norte de la provincia de Hama mataron desde el alba a por lo menos 26 combatientes del régimen y de sus aliados y a nueve de grupos rebeldes y yihadistas», afirmó a la AFP el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
Por otro lado, diez civiles, entre ellos tres niños, murieron en los bombardeos de la aviación siria sobre varias aldeas y localidades del sur de Idlib, según AFP.
Además, dieciocho combatientes prorrégimen murieron en los combates y otros ocho en la explosión de minas, precisó el OSDH.
Nueve yihadistas y rebeldes murieron en las escaramuzas y ataques aéreos. Entre ellos figuran combatientes del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), en el que predominan los miembros del exbrazo sirio de Al Qaida y que controla la mayoría de la región de Idlib, según el OSDH.
Los combates se libraron en un sector del norte de Hama que los insurgentes arrebataron al régimen hace más de una semana.
«Desde esta mañana, el régimen intentó cinco veces sin éxito retomar el control de Jibin y Tal Maleh en el noroeste de la provincia de Hama», explicó a Abdel Rahman.
El 6 de junio, yihadistas y rebeldes islamistas lanzaron un contraataque, tomando el control de las dos localidades.
Durante las últimas semanas, la provincia de Idlib, fronteriza con la de Hama, fue blanco de bombardeos casi diarios del régimen sirio y de su aliado, Rusia. Y eso pese a que esta región figura en el acuerdo alcanzado en septiembre entre Moscú y Ankara sobre la creación de una «zona desmilitarizada».
Este brote de violencia en una región donde viven unos tres millones de personas mató a cerca de 400 civiles desde finales de abril, según el OSDH.
La guerra en Siria causó más de 370.000 muertos y millones de desplazados desde su comienzo en 2011.