En un texto escrito en primera persona llamado “En el Día de los Enamorados me tocó llorar”, el chef venezolano Sumito Estévez relató cómo es la vida de un venezolano en Perú, que huyó de la crisis actual que atraviesa nuestro país.
EL TEXTO:
“Estoy en Manta. Ecuador. Hago un festival en un restaurante. En la cocina hay venezolanos. Uno de los anfitriones es venezolano“, y así como él, muchos otros compatriotas trabajan en oficios no profesionales.
“Mi hijo estudiaba en la Andrés Bello. Lo persiguieron por la Páez para robarle la moto. En la Redoma la India lo balearon. Agonizó 15 días. Tenía veinte años. Me volví loco del dolor. Literalmente loco. Me internaron el Clínicas Caracas por la depresión. Empresas Polar pagó todo, teníamos buen seguro (…) Ya no teníamos para comer. Me vine por tierra a Ecuador. Mucha gente me ayuda. Aquí hay muchos venezolanos. Nos reunimos en misa. Hay una pareja de doctores que rezan muy bonito. Creo que él se fue a Chile. Ella todavía está aquí”.
Fredy, cuenta el cocinero, ante la necesidad de su familia, amigos y conocidos de ayuda, prefiere desconectarse y pensar cómo hacer para enviarles dinero y otros productos de necesidad, pues la vida en Venezuela cada vez se pone más cuesta arriba. Por eso se olvida del Whatsapp.