El comunicador social Sergio Novelli se defendió mediante las redes sociales de las acusaciones que le realizó Emanuel Andrade, hijo del ex tesorero del país, Alejandro “El tuerto” Andrade, sobre una supuesta vinculación con la empresa Seguros La Vitalicia.
Emanuel al parecer está molesto por los 10 años apresado que vivirá su papá tras ser presuntamente culpable de varios actos de corrupción por la justicia de los Estados Unidos, y arremetió en contra del periodista, además de la exMiss Universo Dayana Mendoza y Luis Chataing.
Se pudo apreciar en una serie de instantáneas en su Instagram Stories los señalamientos de Emanuel en los que alegaba que también son “enchufado” los venezolanos antes mencionados. Acusación que le molestó al periodista y se pronunció para dejar claro que su trabajo habla por sí mismo.
“Ustedes me conocen, tengo más de 28 años ejerciendo en el mundo del periodismo, como saben, me formé en RCTV y trabajé en otros medios como la radio y otros canales de televisión, como Globovisión, estando allí fui imagen del noticiero estelar y también de varios clientes como muchas veces lo hice en mi carrera, entre ellos, una empresa de seguros relacionadas con el canal”, explicó el periodista.
Además dejó saber que aunque es imagen de esta organización, recibió un dinero en el 2013. Es importante mencionar, que el dueño de Seguros La Vitalicia es Raul Gorrín, presidente de el canal de la G dorada, Globovisión, quien se encuentra señalado en la Fiscalía por un presunto lavado de dinero en Estados Unidos.
“Mi intención laborando en el canal fue no dejar espacio vacíos a las voces disientes, ustedes fueron testigos de ello, hasta que finalmente decidí retirarme cuando vi que no tenía la libertar de seguir hablando lo que yo quería”, continuó.
Para concluir aseguró que su profesionalismo habla por él, y que aunque se encuentre ejerciendo fuera de las fronteras venezolanas, sigue luchando cada día por la libertad de su país de manera honrada. De esa forma podría haber dejado claro que no apoya al gobierno venezolano, reseña Ronda