Meses antes de morir en un trágico accidente en París, Lady Di creía que su ex marido y el padre de sus dos hijos, el príncipe Carlos, estaba planeando un accidente en su automóvil que daría como resultado «falla en los frenos» y una «lesión grave en la cabeza».
El 31 de agosto de 1997, la princesa de Gales murió luego de que su vehículo impactara contra una columna del Túnel de l’Alma. Tenía 36 años. Su novio, el millonario árabe Dodi Al-Fayed, y el conductor del automóvil, Henri Paul, también fallecieron. El único que sobrevivió fue el guardaespaldas de la pareja, Trevor Rees-Jones.
Tras una larga investigación se determinó que el accidente fue causado principalmente por un exceso de velocidad y el estado de embriaguez del conductor, Henri Paul.
El ex mayordomo de Lady Di, Paul Burrell, dijo que la carta manuscrita le fue entregada por la princesa 10 meses antes de su muerte expresando temores por su seguridad.
«Estoy sentada aquí en mi escritorio en octubre, esperando que alguien me abrace y me ayude a seguir fuerte y con la cabeza en alto», dice Lady Di en la carta, publicada por el Daily Mirror.
«Esta fase de mi vida es la más peligrosa, mi esposo está planeando un accidente en mi automóvil. Un problema con los frenos y una herida seria en la cabeza, le despejaría el camino para que se pueda casar con Tiggy (la niñera de sus hijos). Camilla (Parker Bowles, actual esposa de Carlos) no es más que una trampa. Todos somos utilizados por este hombre en cada sentido de la palabra», dice en un extracto de la misiva.
Lady Di aparentemente creía que había una conspiración contra ella y Camilla Parker Bowles por parte del hijo de la reina Isabel II para quitarlas del medio.
Burrell reveló la nota en su libro, «A Royal Duty». En la publicación afirma que la madre de Harry y William se la había entregado como una póliza de seguro por si le pasaba algo.
Dicha misiva generó gran controversia por su veracidad.
De acuerdo a The Telegraph, la carta fue mostrada a la amiga de Diana, la brasileña Lucía Flecha da Lima, esposa del por entonces embajador brasileño en Londres, quien dejó en claro que creía que era todo un invento de Burrell. «No lo creo», afirmó. «Paul Burrell era perfectamente capaz de imitar la letra de la princesa Diana. No creo que temiera por su vida, especialmente por parte del príncipe Carlos, el futuro rey de su país».