La animadora estrella de Venezuela, Maite Delgado, cumple este martes sus 50 años asegurando que esta nueva etapa en su vida “no cambiará nada” y que desde ya disfruta de lo que ha definido “una buena relación con la vejez, hemos aprendido a llevarnos bien (risas). Me parece que a veces es tan cruda, tan inhumana, pero también es parte de la vida y por eso es importante cultivar el espíritu porque todo esto se va (señala su cuerpo). No todo es la belleza exterior”.
La nacida un 20 de septiembre de 1966 concedió una entrevista al diario zuliano Panoramadonde, entre varios puntos, habló de sus expectativa habiendo llegado al “medio cupón”, sus temores y su carrera.
“Los 50 son una edad en la que uno siente que algo debe ser diferente, la madurez que llaman. Cuando los cumpla les cuento”. Eso lo escribió hace poco en su Instagram. ¿Realmente cree que nada va a cambiar?
—Bueno, hay cierta expectativa, pero que igual la tenía a los 40, ¿sabes? Son como esas edades que te condicionan a eso, a que algo debe ser distinto. Yo cumplí 40 y fui muy feliz; no cambié absolutamente nada, así que pienso que los 50 llegarán de la misma forma, porque cada año refleja lo que has vivido y yo he sido muy afortunada.
—Generalmente uno se imagina a cierta edad. Podemos decir: “Cuando tenga tal edad estaré haciendo esto o aquello…”. ¿En su caso, cómo se visualizó a los 50?
—Nunca he sido de planificar cosas a largo plazo. Yo me dejo sorprender por la vida, a mí me encanta eso, me llena de ilusión, de magia, de ganas como si estuviera empezando; como si fuera la primera vez. Ahora soy más libre, más dueña de mi tiempo, me siento tan feliz en mi cuerpo, con mis años…
—Muchas mujeres se aterran con la vejez. ¿Usted es de esas?
—Ya tengo una buena relación con la vejez, hemos aprendido a llevarnos bien (risas). Me parece que a veces es tan cruda, tan inhumana, pero también es parte de la vida y por eso es importante cultivar el espíritu porque todo esto se va (señala su cuerpo). No todo es la belleza exterior.
—¿Qué ve cuando se mira al espejo?
—Veo una Maite distinta, unos días me gusta más que otros, porque bueno, uno es tan humano como cualquiera. Un día amanecemos bonitos y otros no tanto (risas). Más allá de eso veo a una mujer feliz porque entendió que la felicidad está dentro de ella. Es duro entenderlo, no es tan fácil. Suena a libro de autoayuda, pero se aprende con las experiencias vividas. Se hace difícil comprenderlo cuando nuestra felicidad depende de alguien más. .
—¿A qué le teme en estos momentos?
—Fíjate que le temo a la soledad, sin embargo la disfruto mucho. En el fondo soy una persona muy sola, o sea, no tengo mil amigos, los que tengo los puedo contar con una mano. No soy de las que está todo el tiempo llamándolos, pero ellos saben que siempre estoy ahí. Le tengo miedo a la soledad cuando no es una elección, a esa soledad que no está en tus planes, de repente a no tener a mis hijos, a mi esposo, a mis amigos, a mi padre. Le temo al abandono.
—La número 1. Así la llama mucha gente, pero internamente, ¿cómo se ve usted?
—Agradezco un montón esos halagos, pero no me los creo. Esos títulos hacen daño cuando te los crees. Son deliciosos cuando sabes que vienen del cariño del público, del reconocimiento de la gente. Talento de sobra hay, para mí el número 1 es Gilberto Correa.
—¿Ha sido la vida completamente justa con usted?
—No sé. Me hablas de justicia, pero he vivido momentos malos, muy tristes. Muchos me los llevo yo, y al final hicieron de mí lo que soy ahora.