Este martes la conocida como “niña eterna” cumple 51 años, durante los cuales se ha mantenido defendiendo los mismos ideales de siempre. En homenaje al activismo y la picardía del personaje argentino, que se ha vuelto símbolo latinoamericano, teleSUR celebra su aniversario con esta entrevista imaginaria.
Mafalda nació el 29 de setiembre de 1964 en las páginas de la revista argentina Primera Plana y este martes cumple 51 años.
Su padre, Joaquín Salvador Lavado Tejón (más conocido como Quino), recibió en 2014 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por la historieta, que sigue vigente más de cinco décadas después de su aparición.
En 1977, Mafalda fue seleccionada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para enarbolar los Derechos de los Niños.
Con motivo de su 50 aniversario, el año pasado, el popular personaje argentino le había regalado a teleSUR una entrevista imaginaria:
-¿Aún te quieres bajar del mundo?
Toda mi he buscado la pero no la he encontrado. Muchos se sorprenden de que sigan buscando vida en otros planetas. Para mí lo impactante es que haya vida en este.
-Con 50 años ¿Todavía sigues odiando la sopa?
Sí. Incluso con más fuerza que antes. Soy igual que mi papá, mientras más grande más terca. Creo que la es un castigo por enfermarse, es un brebaje espantoso, la porquería más inmunda que he probado.
-¿Cómo fue tu juventud Mafalda?
Como fueron todas las juventudes en el exilio. Huyendo de la dictadura, de los que nos querían callar y extrañando a Buenos Aires.
-¿Cuál crees que es el rol de la en el mundo moderno?
La mujer ha evolucionado mucho. Ahora tener hijitos está muy bien, pero también debemos contribuir al progreso de la sociedad, hacer cosas importantes. Ya hay presidentas, gobernadoras… Nosotras también impulsamos el cambio.
-¿Continúas compadeciendo a los sures?
No es compadecer, sino que nunca entenderé que habrán hecho para ganarse tales «nortes» que tiene el mundo.
-Tu papá, Quino, dijo que una vez «lo dañaste» como dibujante, ¿Qué opinas sobre eso?
Mi papá sabe que después de mí, no tendría creación más magnífica e ingeniosa… (risas)
-¿Qué piensas de las y el boom de la tecnología?
Me gustan pero solo cuando se usan para cosas buenas y para incentivar a la reflexión sobre temas importantes. Yo tengo muchos seguidores en Twitter y amigos en Facebook, pero a decir verdad, preferiría que entre nosotros usáramos estas herramientas para buscar verdaderas curas para este mundo que está tan enfermo.
-¿Qué es lo que más te molesta de la gente de ahora?
Que no hablan sino que gritan… Y a pesar de los gritos no se escuchan… Todos nos hemos vuelto muy individualistas y mandones, pero nadie quiere recibir órdenes. Los dirigentes políticos pasan su vida pendientes unos de otros, supongo que por eso no les da tiempo para gobernar.
-¿Cómo están Felipe, Susanita y Manolito?
Pues, Susana cumplió su sueño de ser madre y ahora es hasta abuela. Se la pasa compartiendo por Facebook las fotos de sus nietos. Felipe vive en La Habana, probó con la ingeniería pero ahora es taxista y muchos me han contado que hay que verlo hablando a los turistas de Fidel y de la Revolución, con el mismo entusiasmo que cuando vivía en Buenos Aires. A Manuel si no le fue bien, perdió sus ahorros durante el corralito y no soportó tanta crisis, tengo tiempo sin saber de él. Con quien más hablo es con Miguel, ¡está igualito! fiel creyente en el valor de la sinceridad y perdiendo oportunidades por manifestar sus ideas… Ese Miguelito.
-¿Y Libertad y Guille?
Libertad… (suspiro)… Ella no creció por fuera pero sí por dentro. Se hizo maestra y conferencista. Enseña sobre valores y derechos humanos. Me han dicho que en todas sus clases habla de la dictadura, que le dolieron demasiado las torturas a nuestra gente, las muertes injustas. Sigue chiquitica pero con esperanzas… Y bueno, Guille lo intentó con la música, lo que siempre le gustó. Vive tranquilo en Ginebra, a donde se fue luego de haber emigrado en los últimos años de Alfonsín.
-¿Cómo te sientes con estas cinco décadas encima?
Lo dije cuando niña: La vida comienza a los 40, así que solo llevo 10 años… Siempre me pregunto ¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que a fin de cuentas la mejor edad de la vida es estar vivos.
-Y ¿Cómo ves el futuro?
Lo de la terquedad también se aplica a la fe. A mi me gusta creer que las cosas mejorarán, que todo tiene solución. Solución de verdad, no guerras ni muertes. Si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno, por eso la responsabilidad del cambio está en esas generaciones que se están formando.
-¿Le tienes miedo a la muerte?
Mientras exista la lucha social y la crítica a la política vacía, yo seguiré viva.
Fuente: TeleSUR