Ivonne Attas, Carolina López y Milka Chulina han dejado una huella en todos los venezolanos. Es por eso que hoy hablaremos de ellas.
por Carmela Longo/Impacto Venezuela
Ivonne Attas dejó huella por donde pasó. Fue no solo una de las actrices de carácter más importantes de la televisión venezolana, sino también la villana favorita en una época. Al retirarse, lo intentó con la política
A los once años llegó Ivonne Attas con sus padres y sus dos hermanos a Venezuela. Por el trabajo paterno, la familia viajó mucho antes de asentarse en Caracas. Así, en esa ruleta a ella le tocó nacer en Damasco. Sin embargo, según dijo en varias entrevistas, nunca sintió apego ni mucho menos idea de volver a Siria.
Sus aficiones artísticas se destacaron desde muy joven. Entró a estudiar actuación nada menos que a la escuela de Juana Sujo; una actriz argentina que marcó pauta dentro del ámbito artístico venezolano. Casada con el también actor Carlos Márquez, no solo fundaron la academia (todavía mantiene sus puertas abiertas) más importante de Venezuela, sino que también hicieron lo propio con una de las salas insignes de Caracas. Se trató del teatro del Este, en Plaza Venezuela.
Con esas enseñanzas, la adolescente Attas tuvo que enfrentarse a una maestra que le dijo que, antes de ser actriz, primero tenía que aprender hablar castellano. El peregrinar paterno, la llevó también a Italia y Francia; idiomas que era bueno dominarlos, pero no indispensables para vivir en Venezuela.
Luego de participar en algunas obras, llegó a mediados de los 60 a la TV. Renny Ottolina fue el primero que vio potencial en ella, pero la dejó en observación por sus 17 años. Sin embargo, ella persistió y comenzó a hacer su propio sello. El maquillaje se convirtió en algo más que un simple agregado a su imagen.
Gracias a su belleza y manera de maquillarse, Ivonne Attas se convirtió en la villana por excelencia de las telenovelas de Venevisión; las cuales en la época eran escritas por Delia Fiallo. Una tras otra fueron sucediéndose; superándose en cada interpretación.
Soledad, Esmeralda, Lucecita, María Teresa y una larga lista la tuvieron al aire de manera ininterrumpida por casi dos décadas. En su casa quedó el diploma de psicóloga que obtuvo en la UCAB, luego de dejar la carrera de Comunicación Social en la UCV.
Tres mujeres fue su última telenovela en el, ahora, muy lejano 1978. En plena efervescencia de su carrera; aún sin cumplir los 40 años, Ivonne se retiró para dedicarse a la crianza de Juan Diego, su único hijo.
Las vueltas de la vida
Haberse casado con el periodista Valeriano Humpiérrez, quien era para el momento el director de información de Venevisión, y además de raíces copeyanas hizo efecto. El roce constante con el poder hizo que Ivonne Attas se decantara también por la actividad política. Primero, fue viceministra de comunicación en el gobierno de Luis Herrera Campins. Luego, fue concejal por el Distrito Sucre.
Cuando su nombre ya formaba parte de las leyendas de la TV local, se supo que había quedado concejal en el naciente Municipio Chacao, durante el primer mandato de Irene Sáez. No pudo llegar a ser la alcaldesa de ahí y emigró al naciente Baruta, donde en 1995 ganó con una votación que no ha podido ser superada hasta el momento.
Desde 2000, que le entregó el mandato a Henrique Capriles Radonsky, en una ceremonia que aún hoy se recuerda (el alcalde entrante la dejó con la mano extendida en el traspaso de mando); Ivonne Attas está retirada de las luces que en dos oportunidades le dieron notoriedad.
Ivonne Attas y su hijo Juan Diego. Foto Instagram
Fue modelo, actriz, cantante y bailarina. Ahora, Carolina López está retirada de las cámaras en Miami
Aunque de pequeña Carolina López siempre supo que el canto y el baile era lo suyo, fue hasta que se tropezó con la actuación cuando le pondría seriedad a su asunto.
Su rostro se hizo habitual no solo en telenovelas, sino también como vedette. Carolina Tamaris López Gutiérrez, la caraqueña que aspiraba a ser actriz dramática, pero que con la música y el baile; aprovechando su belleza y sensualidad llegó a más público.
La intrusa fue su primera novela y, como es el sueño de muchas, debutó como contrafigura. Ser no solo la contraparte de Mariela Alcalá; sino la villana de la historia hizo que poco a poco su nombre se considerara para otras historias.
Y ella le supo sacar partido a eso, ya que antes de dar el salto a la pantalla chica, López fue modelo de comerciales. Hizo también desfiles y cuñas. También, aprovechando eso, cantó y bailó haciendo un espectáculo como vedette, sin profundizar en él.
Mi amada Beatriz, Aguasangre, Señora y amanda Sabaterle fueron allanando el camino; el cual la llevaría a Buenos Aires. En la capital argentina fue llamada para estar, también como contrafigura, en Amándote II, que protagonizaban Lupita Ferrer y Arnaldo André.
La nueva vida
A su regreso a Venezuela debutó en Venevisión en Inés Duarte, Secretaria, con Amanda Gutiérrez y Víctor Cámara. Ese fue el debut de la segunda parte de su carrera antes de despedirse definitivamente Venezuela.
Hasta 2003 estuvo en telenovelas y también con guiños con el cine; al hacer la película Punto y raya, que dio a conocer, entre otros, a Édgar Ramírez. También estuvo en Garimpeiros.
Al poco tiempo decidió emigrar y quedarse definitivamente en Miami; una ciudad a la que había ido a probar suerte, pero que luego volvía por temporadas a Caracas. Ahí tuvo la oportunidad de trabajar en Una maid en Manhattan, en Telemundo.
Sin embargo, desde su llegada a esa ciudad, López lo menos que ha hecho es actuar, más allá de alguna obra de teatro con sus colegas y compatriotas.
Actualmente, se dedica al marketing con una compañía petrolera en Miami, alejada por completo de las cámaras.
No le tocó fácil a Milka Chulina en el Miss Universo 1992, en una noche mexicana, pero gracias a ello trascendió
En una época no había recorrido de misses por los medios. En la mayoría de los casos, ellas mismas llegaban sin avisar a las redacciones de los periódicos. Con foticos en manos y su mejor sonrisa buscaban aparecer en los diarios de cara a la noche tan linda como esa. Y Milka Chulina, con su banda de Aragua era en 1992 la gran favorita para ganar la corona.
Su nombre poco usual, Milka Yelisava Chulina Urbanich, llamó la atención junto con su estampa. Altísima, blanca de larga cabellera negra, cuerpo con medidas perfectas y muy simpática. Tenía todos los numeritos que le gustaban entonces a Osmel Sousa. Y ella no lo desperdició.
Pese a haber nacido en Ciudad Guayana 18 años antes de su certamen, Milka llevó en su pecho la banda de Aragua.
La noche linda del 9 de septiembre de 1992, en el Poliedro de Caracas, logró su sueño. Pese a que su participación fue cuestionada por algunos sectores; que alegaban que era una mujer biónica por la cantidad de cirugías que tenía, ella supo sobreponerse. Ganó secundada por Francis Gago y una de las más fuertes favoritas, Natalia Martínez (Streignard), ni siquiera entró al cuadro de honor.
La polémica y la trascendencia
En mayo de 1993, Milka Chulina fue tras la corona de Miss Universo a México. Superó cada una de las pruebas hasta que fue llamada al grupo de cinco finalistas. En la ronda de preguntas, a la venezolana le hicieron una pregunta relacionada con la realidad venezolana de ese momento: el enjuiciamiento del presidente de la República, Carlos Andrés Pérez.
Y la venezolana salió bien librada, respondiendo sobre lo que debería ser el ejercicio de la democracia. Cuando ya todo el mundo le veía la corona en la cabeza, apareció la puntuación (se estilaba en la época) y mientras todos los jurados apreciaron sus palabras como las mejores de todas las candidatas; un jurado le dio la más baja.
Y ese juez fue María Conchita Alonso. Aunque no habían redes sociales en la época la actriz no se salvó de ataques. La responsabilizaron no solo de que Milka no lograra el título; sino de favorecer abiertamente a la colombiana. Que tampoco ganó. La boricua Dayanara Torres fue quien salió con la corona sobre su cabeza.
Más allá de los dimes y diretes
A su regreso a Venezuela, Milka Chulina fue reclutada para Venevisión. Estuvo tres años como animadora de Sábado Sensacional. Luego pasó a un magazine del mismo canal y coqueteó con la radio y Televen; se graduó en Estudios Internacionales y se retiró de la vida pública cuando se casó con un abogado.
Se dedicó a su casa y a sus dos niñas. La menor, Amanda, está actualmente ampliando su carrera como cantante. Y Milka, con su empresa de producción y publicidad, se encargó de hacerle el videoclip.
Milka Chulina con sus hijas. Foto Instagram