De ícono pop musical a reconocida actriz, animadora y locutora, Kiara ha evolucionado a la par de su público sin renunciar al sex appeal que la catapultó a la fama local, pero con la madurez de casi tres décadas de carrera artística
Isbel Delgado/Todo En Domingo/El Nacional
«¿Por qué me maquillas con la mano, no es mejor con la brocha?» «¿Pero por qué no pruebas esto que yo traje a ver si te gusta?» «¿No tienes otro color?» Kiara se sienta ante el maquillador como quien va a conversar con un amigo entrañable, al que le dice lo que tiene que hacer. Afortunadamente para él, la cantante termina por aceptar casi todas las sugerencias, no sin intentar imponer su criterio, y ella lo admite. «Sí, yo sé que estoy fastidiosísima», dice hilarante. 28 años de carrera artística son un tiempo más que suficiente para saber qué le sienta bien, así que convencerla de ponerse un labial color uva puede ser demasiado cuesta arriba. Incluso, cuando la batalla parece ganada, siempre puede haber una sorpresa: «Ese tono ya no me gusta, ¿me puedes poner otro?»
La voz multifacética. Gloria Sabrina Gómez Delgado solo quería una cosa: cantar. Por eso, cuando le tocó ir a una disquera a hacer una prueba y se dio cuenta de que las letras eran más que apasionadas para la época, decidió seguir adelante para lograr su objetivo. Pero cuando Gilberto Correa la presentó como «La sensualísima Kiara» en Sábado Sensacional, ya no hubo vuelta atrás. Queriéndolo o no, la ahora cantante Kiara estaba en el proceso de convertirse en un ícono pop femenino cuyo vínculo con lo sensual y apasionado no podría deshacerse tan fácilmente. Las letras de sus canciones estaban diseñadas a la medida de su imagen: «Y yo que te deseo a morir/qué importa esta es la última vez/el orgullo puede esperar/ ven o me arrepiento en el piso donde sea y tómame».
Después de siete discos publicados entre 1988 y 2011, y una carrera diversificada entre la canción, la animación y la locución, Kiara se permite ver su carrera en retrospectiva, pero sin la nostalgia de tiempos mejores y con la mirada puesta enmúltiples proyectos: «A finales del año pasado estuve en una gira con Guaco, en Estados Unidos, y hace un par de meses canté en un show en Houston. Ahora estoy grabando un sencillo, bajo la producción de Arturo Cabrera, que saldrá en el último trimestre del año en un género en el que no había experimentado. Y el 4 y 5 de junio estaré en el Aula Magna en el musical Aire, que es un homenaje a Mecano y en el que compartiré con Elisa Rego, Mariaca Semprún, Trina Medina, Diana Patricia «la Macarena» y muchos otros talentos venezolanos». También tiene planes para participar en un espectáculo musical que recree una época de Venezuela, bajo la pluma de Leonardo Padrón. Proyectos para cantar no le faltan.
Mientras tanto, su fanáticos pueden seguirla en dos espacios en paralelo: en el programa radial El descaro de las 10, por Mágica 99.1 y en TV Libre, un show de talentos en el que hace de jurado junto a la actriz Beba Rojas y el cantautor Rafael «Pollo» Brito, quien también es su compañero en la radio: «Con el Pollo he vivido cosas hilarantes, somos muy disparatados. Yo soy muy despistada, y él tiene un amplio conocimiento musical, usa los términos musicales y técnicos de forma muy estricta y se burla de mí por eso. En Tv Libre mi estilo para calificar a los participantes es bastante suave. No quiero quitarle el sueño a la gente que tiene intenciones de llegar a ser grandes artistas porque yo también estuve en esa posición».
Después de casi tres décadas en los escenarios, no son pocas las lecciones aprendidas. Lidiar con las críticas ha sido, desde su punto de vista, la más importante: «El mayor aprendizaje es que siempre habrá gente que te critique no importa lo que hagas, y eso hay que entenderlo y aceptarlo». La celebración de los treinta años de trayectoria en un par de años no ocupa su tiempo en este momento, prefiere esperar a que llegue para hallar una forma de celebrar. Mientras tanto, suelta una idea en tono de broma: «Debería despedirme, pero como Ilan Chester». Sobre el futuro de los jóvenes artistas tiene una posición ambivalente. Acepta que la tecnología y el uso de las redes sociales como herramientas de difusión y promoción es una ventaja enorme con respecto a los recursos existentes en sus comienzos, pero por otra parte señala la falta de espacios físicos y mediáticos tan vitales para la exposición pública del artista. Considera que Hana Kobayashi, Judy Buendía, Luis Fernando Borjas, C4 Trío y Arvelaiz forman parte de una camada de talentos a los que hay que seguirles la pista, y para quien comienza, si bien existe un escenario complejo, el reto está en no rendirse. «Hay que tener coraje y hacerse más grandes en la adversidad. Ser aún más perseverante cuando te digan no. Ser rebeldes, pero con causa, porque tenemos muchas causas para alzar nuestra voz».
El peso de «la sensualísima»
Que un calificativo te acompañe durante toda tu carrera tiene sus ventajas y sus desventajas. La «sensualidad» con la que se dio a conocer a Kiara ahora tiene que ajustarse al paso de los años: «Me choca cuando me dicen que me veo igualita. ¡Han pasado treinta años! Entiendo que me veo mejor que otras mujeres de mi edad, pero evidentemente no estoy igual que cuando comencé. Hoy está más fácil ser La Primerísima que La Sensualísima», y suelta una carcajada. ¿Le teme al paso al tiempo? «Mira, yo estoy en el quinto piso. Digamos que la vejez está detrás de mí, pero yo corro con más fuerza».
Piense rápido
¿Qué le hace estallar de ira?
La injusticia. Siempre voy a alzar mi voz cuando creo que se está cometiendo un acto injusto.
¿Qué le inspira compasión?
Soy compasiva en esencia, pero no sé si eso es bueno o malo.
¿El plato que mejor le queda?
El risotto a la marinera.
¿Una habilidad que la mayoría desconozca?
Hago arreglos florales, bisutería y diseño mi propia ropa.