Tammy Lynn Leppert fue vista por última vez el 6 de julio de 1983, en pleno verano californiano. La chica había sufrido episodios de paranoia días antes. Cómo fueron las horas previas y su participación en el film Scarface
por INFOBAE
El 6 de julio de 1983, Tammy Lynn Leppert salió de su casa en Cocoa Beach, Florida, y nunca volvió. Tenía apenas 18 años y el mundo a sus pies. Era modelo, actriz y había empezado a cumplir su sueño de llegar a Hollywood. Había ganado cientos de concursos de belleza y había aparecido en películas, incluso tuvo un pequeño papel en Scarface (1983), el film protagonizado por Al Pacino. Sin embargo, de un día para el otro no se supo más nada de ella. Hubo hipótesis ligada a la trata de personas, se investigó a todo su entorno y hasta se buscó a un presunto asesino serial. Pero en los meses previos a su desaparición, algo cambió. Su madre, sus amigos y las personas que la rodeaban notaron que estaba paranoica. Decía que alguien la seguía, que alguien quería matarla.
Esa mañana, Tammy salió sin peinarse, algo fuera de lo normal en una chica que podía pasar horas frente al espejo antes de un evento. Se encontró con un amigo y dieron un paseo por las calles de Miami muy cerca de las playas. Horas después, él la dejó en un estacionamiento en Cocoa Beach. Tammy hizo varias llamadas desesperadas a su tía y a un amigo, pero no logró comunicarse con ellos. Poco después, se esfumó sin dejar rastro. A más de 40 años, su desaparición sigue siendo un misterio. Todavía hoy su familia vuelve a repasar cada momento de ese día. Su salida, el paseo y esa llamada desesperada.
Infancia y ascenso a la fama
Tammy Lynn Leppert nació el 5 de febrero de 1965 en Rockledge, Florida. Desde pequeña, su madre, Linda Curtis, vio en ella un potencial extraordinario. A los cuatro años, Tammy ya competía en certámenes de belleza. No solo participaba: ganaba. En total, obtuvo más de 280 coronas, una cifra impresionante para una niña y adolescente. Su belleza era evidente: cabello rubio, ojos verdes y una sonrisa deslumbrante. Pero no era solo una cara bonita. Su madre aseguraba que tenía ambición y talento para llegar a las alfombras roja de Hollywood. Su caso era el de la típica nena a la que la madre acompañaba a todos los castings y concursos. La mujer había puesto en la niña sus deseos de ser una estrella.
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A finales de los años setenta, Tammy incursionó en el modelaje. A los 13 años apareció en la portada de la revista CoverGirl, lo que le dio proyección nacional. Su madre, quien también era su agente, organizaba su carrera meticulosamente. Se aseguraba de que su hija siempre estuviera en el camino correcto para alcanzar la fama. Pero Tammy quería más. Hollywood la llamaba. Quería llegar a los sets de filmación, convertirse en actriz y capaz algún día ganar un Oscar.
De las pasarelas al cine
En 1980, Tammy consiguió su primer papel en cine: una pequeña aparición sin acreditar en la película Little Darlings. Luego participó en Spring Break (1983), otra comedia juvenil.
El gran momento de su carrera llegó cuando fue seleccionada para una breve, pero recordada, aparición en Scarface (1983). En la película, interpretaba a una chica en bikini que distraía a los mafiosos en una escena de tensión. No era un papel protagónico, pero aparecía en una de las películas más emblemáticas del cine criminal. Era solo el comienzo, o al menos así parecía. Sin embargo, durante el rodaje de Spring Break, algo sucedió. Algo que cambiaría por completo la vida de Tammy Lynn Leppert.
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La fiesta que lo cambió todo
A mediados de 1983, cuando ya empezaba a hacerse un lugar en el planeta Hollywood, Tammy asistió a una fiesta organizada por el elenco de Spring Break. Lo que ocurrió allí sigue siendo un misterio. Lo que sí se sabe es que, a partir de esa noche, su comportamiento cambió drásticamente.
Su madre y su amigo Wing Flannagan notaron que estaba distante, preocupada. No hablaba de lo que había visto, pero parecía aterrorizada. Su entorno recuerda los últimos diálogos. Los pedidos desesperados para intentar que reaccione.
—Tammy, ¿qué pasa? —le preguntó Flannagan en una ocasión.
Ella solo desvió la mirada.
—Nada —dijo con una sonrisa nerviosa.
Pero no era nada. Tammy empezó a decir que alguien la seguía. Le dijo a su madre que su vida estaba en peligro.
—Mamá, ¿qué dirías si te dijera que alguien quiere matarme?
Linda Curtis la miró fijamente.
—¿Crees que alguien quiere matarte, Tammy?
—Sí.
Su madre intentó tranquilizarla, pero su hija no quería dar detalles. Solo repetía que había visto algo que no debía ver. A partir de ese momento, su paranoia aumentó. Desde esos momentos todo fue una carrera
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El miedo se apodera de Tammy
En las semanas siguientes, Tammy dejó de comer alimentos preparados por otras personas. Temía ser envenenada. Se aisló. Incluso abandonó el rodaje de Scarface después de sufrir una crisis en una escena donde luego de unos disparos aparecían charcos de sangre falsa.
Walter Liebowitz, un amigo de la familia con quien se hospedó en Miami durante el rodaje, recibió la llamada del equipo de producción:
—Tammy tuvo un colapso. Estaba mirando una escena donde alguien recibe un disparo y comenzó a llorar histéricamente. Tuvieron que llevarla a su camarín.
A su regreso a casa, su estado empeoró. Su paranoia era tan extrema que el 1 de julio de 1983, en un ataque de pánico, destrozó las ventanas de su casa con un bate de béisbol. Luego atacó a su amigo Wing Flannagan cuando intentaba contenerla.
Su madre, preocupada, la llevó al médico. Estuvo hospitalizada por tres días. No tenía rastros de drogas ni enfermedades visibles. Sin embargo, su miedo seguía allí.
—Mamá, vi algo horrible —dijo—. Algo que no debía ver.
Cinco días después, desapareció.
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El día en que se esfumó
El 6 de julio de 1983, Tammy salió con un amigo Keith. Durante el trayecto discutieron. Él aseguró que Tammy le pidió bajarse cerca del antiguo edificio Glass Bank, en Cocoa Beach. Estaba a ocho kilómetros de su casa.
Las cámaras de seguridad la captaron en un estacionamiento. Luego caminó hasta un teléfono público. Llamó varias veces a su tía y a un amigo, pero no logró hablar con ellos. Dejó mensajes urgentes. Esas imágenes captadas en la calle fueron lo último que se supo de ella. Llevaba una pollera azul, una blusa con flores y una cartera gris. Algunos testigos dicen que estaba descalza. Se rumoreó que estaba embarazada de tres meses, pero nunca se confirmó. Su madre dijo después que Tammy le tenía miedo al hombre que la dejó en el Glass Bank. Pero la policía nunca lo consideró sospechoso.
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Las teorías sobre su desaparición
La investigación policial exploró varias hipótesis. Los detectives armaron árboles con todas las relaciones de la chica. Desde sus amigos, algunos amores y sus parientes cercanos y lejanos. El esquema incluida todos los actores con los que había trabajado. Algunos creían que Christopher Wilder, conocido como el Asesino de Reinas de Belleza, podría estar detrás del caso. Wilder secuestraba modelos con falsas promesas de trabajo. Sin embargo, fue abatido por la policía en 1984 sin que se hallaran pruebas que lo vincularan a Tammy.
Otro sospechoso fue John Brennan Crutchley, el Vampiro Violador, un depredador que secuestraba mujeres en Florida. Pero tampoco se le pudo relacionar con su desaparición. La madre de Tammy siempre sostuvo que su hija había descubierto algo sobre narcotráfico y que la habían eliminado. Se dice que en una de sus crisis mencionó “lavado de dinero”. Sin embargo, nada se ha podido probar.
Más de 40 años después, nadie sabe qué pasó con Tammy Lynn Leppert. ¿Vio algo peligroso y fue silenciada? ¿Su miedo era producto de un problema mental? ¿Huyó por voluntad propia? Su madre murió en 1995 sin respuestas. La policía nunca encontró pruebas concretas. Lo único cierto es que Tammy sigue desaparecida. Su caso sigue abierto, pero el tiempo se lleva las pistas, los recuerdos y los testigos.