Slobodan Živojinović fue una de las máximas estrellas de Yugoslavia durante los 80. Cómo fue su primer encuentro y qué le preguntó la princesa británica. Hasta cuándo siguieron los encuentros
Slobodan Živojinović guardó la historia casi 30 años. Fue cuando luego de un partido en el Grand Slam de Wimbledon una mujer rubia e importante se le acercó. Por su profesión, solía conocer a gente famosa. Pero esto era distinto. Sólo la conocía por las revistas y la televisión. Era nada menos que Diana Spencer, más conocida como Lady Di, la princesa británica.
Živojinović, quien nació en Belgrado en 1963 y representó a Yugoslavia hasta la división de ese país, relató al diario serbio Kurir cómo fue su «estrecho» vínculo con la mujer más misteriosa de la realeza inglesa. Todo comenzó en 1987 cuando Diana vio un partido suyo en Wimbledon. Al finalizar, el match la mujer se acercó al tenista.
«En nuestra primera conversación, ella me preguntó si yo era el jugador de tenis con el servicio más rápido, y le respondí que sí«, reveló Živojinović. «Luego preguntó si mi servicio era todavía bueno. Poco después empezamos a vernos«. El jugador había notado que a diferencia del resto de los presentes considerados importantes, Lady Di no se había sentado en el sector VIP, sino en las filas más próximas a él. Según relató, ella quería estar cerca de él.
El ex tenista, quien en 1986 ganó el Abierto de los Estados Unidos en la categoría dobles, indicó que su vínculo se desarrolló mientras Diana de Gales aún estaba casada con el príncipe Carlos y cuando una vez separada de la realeza se comprometió con Dodi al Fayed.
«Era una mujer maravillosa. Con ella podía hablar sobre cualquier cosa, y aun las cosas simples se volvían fantásticas«, recordó Živojinović. «No quiero dar detalles ahora que ella no está más con nosotros. Lo que puedo decir es que es genial cuando alguien como ella se acerca a ver tu juego y te apoya. Nunca me había pasado que alguien de la familia real me apoyara».
Incluso Živojinović le presentó a Lady Spencer a su hijo Filip. «Cuando le dije que ella era la princesa, se sorprendió, porque todo niño tiene su propia imagen de lo que es una princesa. Estaba confundido. Sin embargo, ella era genial con los chicos y los entendía mucho«.
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