El racismo sería uno de los temas que más preocuparían a Kim Kardashian y Kanye, muy preocupados por los ataques que están sufriendo afroamericanos y ciudadanos de otras etnias (en definitiva, no blancos) desde que ganara Trump. De hecho, uno de los grandes apoyos del nuevo Presidente llega de los grupos supremacistas.
KimYe no querrían que sus hijos fueran víctimas de ningún tipo de ataque similar. Al parecer, la propia Kim habría sido víctima de insultos racistas recientemente a cuenta de su marido, a la salida de un centro médico en Los Ángeles, solo un mes después del ataque sufrido en París.
Justamente este robo a mano armada parecería motivo suficiente como para que los West-Kardashian no se instalasen en París, en caso de que fuera verdad que planean dejar Estados Unidos. “Mi familia tiene suficiente dinero como para construir su propia isla”, habría dicho Kanye en uno de sus múltiples alardes de poderío. Desde luego que alejándose del ruido de Hollywood y de cualquier peligro conseguirían la paz y, sobre todo, la seguridad deseadas.