Dos de las tres cintas más taquilleras de la historia tienen su firma y lleva años preparando las cuatro secuelas de «Avatar», pero James Cameron sacó tiempo para regresar a Terminator como productor con «Terminator: Dark Fate», una película que, según dijo a Efe, considera «feminista».
Cameron no es el único regreso por todo lo alto a «Dark Fate», que se estrena esta semana, ya que también vuelven Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger para guiar a los latinos Natalia Reyes, Gabriel Luna y Diego Boneta.
Maestro del cine contemporáneo y genio de las cintas concebidas como enorme espectáculo, James Cameron, al teléfono desde su cuartel en Nueva Zelanda donde trabaja en las continuaciones de «Avatar», reflexionó sobre los desafíos de la inteligencia artificial, la diversidad en la pantalla y sus sentimientos al volver a un mundo, el de Terminator, que catapultó su carrera.
–Pregunta: Han pasado casi 30 años de «Terminator 2: Judgment Day» y ya 35 de «The Terminator». ¿Por qué sintió que este era el momento de regresar a Terminator?
Respuesta: No es que un día me despertara y dijera: «Tengo que hacer una película nueva de Terminator» (…). No era que tuviera una ardiente necesidad de hacerlo.
Pero estoy interesado en la inteligencia artificial. Cosas que eran ciencia-ficción en 1984, cuando sacamos la primera cinta, ya no lo son: están a la vuelta de la esquina y la gente habla de ellas como una seria amenaza. Ya sea a corto plazo, si nos quedemos sin trabajo por la automatización y la robótica, o, en un nivel mayor, si de hecho estamos creando lo que nos sustituya.
Eso me pareció interesante y planeamos tres películas que lidien con este potencialmente inminente conflicto de los humanos con la superinteligencia que creamos (…). Por supuesto, solo podremos hacer las otras películas si «Terminator: Dark Fate» gana algo de dinero…
–P.- Estoy bastante seguro de que ganará algo de dinero…
R.- (Risas) Bueno, ya veremos.
-P.- Hemos visto muchas películas y series distópicas recientemente. ¿Por qué las cintas de Terminator siguen siendo relevantes?
R.- La ciencia-ficción va y vuelve. En los años 60 y 70 eran cosas muy oscuras. Y luego vino «Star Wars» y a partir de ahí era más «space-opera» y sofisticada. «The Terminator» iba a contracorriente. Era muy oscura, muy cruda, pero al final era muy esperanzadora sobre la humanidad: había un rayo de luz.
Estamos en un momento de muchas amenazas, sea el cambio climático o la contienda global que está desintegrando a la geopolítica (…). Se me ocurrió el título «Dark Fate» porque sugiere un tiempo sombrío. Pero creo que los fans de Terminator sintieron que las películas (posteriores) fueron un poco demasiado ligeras y luminosas.
–P.- Parte de esa oscuridad tiene que ver con el regreso de Linda Hamilton como Sarah Connor, que aquí aparece descompuesta, sola y cabreada con el mundo.
R.- Queríamos ver cómo sigue con su vida después de perder a su hijo y teniendo que lidiar con una guerra nuclear (la premisa de la película). Así que tuve esta idea de que se convirtiera en una cazadora de Terminators. Va detrás de ellos, es preventiva: no espera que el futuro se lo dicte.
Contamos la historia de una mujer proactiva. Puede que beba para olvidar problemas, que tenga demonios personales y sienta culpa, pero sale al mundo y hace algo.
–P.- No es el único personaje femenino proactivo en la cinta: también están los de Mackenzie Davis y Natalia Reyes. Teniendo tres mujeres protagonistas así, ¿considera que «Dark Fate» es una película feminista?
R.- Hay gente con una posición extrema que piensa que el feminismo es solo un área de mujeres y que solo las directoras y guionistas mujeres pueden hacerlo. Pero yo creo que el feminismo debería ser un área de cualquier artista, hombre o mujer, que quiera explorar esas ideas.
Dicho esto, éramos un equipo de hombres guionistas, un hombre director… Pero creemos que hicimos una película feminista. Si las mujeres responden a ella, entonces supongo que sí lo hicimos.
En crear a un personaje fuerte femenino hay mucho más que simplemente darle una pistola a una mujer y hacer que actúe y tenga el mismo diálogo que si fuera un hombre. Tiene que ser una mujer psicológicamente (…) y creo que lo hicimos con Sarah porque su psicología se afirma, de algún modo, sobre ser una madre fallida.
Pero es nuestra perspectiva como hombres guionistas y estábamos obvia y extremadamente contra nuestras limitaciones (…). No le diría a nadie que no puede escribir sobre la mitad de la raza humana por su limitación genética (risas). Miro a mis hijos y a sus amigos y ya no piensan en términos binarios de género. ¿Por qué los guionistas sí deberíamos hacerlo?
–P.- Personalmente, ¿qué sintió al volver a trabajar con Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton?
R.- Estaba entusiasmado de que tanto Linda como Arnold regresaran. Cuando vi las tomas era como: «Esto es surrealista, es increíble». Es como si el tiempo no hubiera pasado.
Y me di cuenta de que Terminator ya no es mío: les pertenece a ellos. Yo creé a los personajes, pero ellos les dieron vida.
–P.- Sé que no puede contar nada de las secuelas de «Avatar». Pero, ¿cómo ha sido regresar a Pandora, a un universo que creó de la nada?
R.- Me emocionó que la gente quisiera explorar este mundo mucho más allá. El problema con las secuelas es que tengo demasiadas ideas y tengo que enfocarme, pero tenemos grandes criaturas, culturas y paisajes nuevos. Y vivo básicamente dentro de ese mundo todos los días.
EFE