El próximo 17 de septiembre la casa de subastas estadounidense RR Auction saca a la venta un lote de catorce fotografías nunca vistas del enlace del príncipe Carlos de Inglaterra con la princesa Diana de Gales. La existencia de estas imágenes ha devuelto a la actualidad la que fuera la “boda del año”, celebrada el 29 de julio de 1981, redescubriendo a una nueva y tierna protagonista.
Después de la ceremonia religiosa oficiada en la catedral de St. Paul, los recién casados y sus familiares regresaron al Palacio de Buckingham para hacerse la tradicional fotografía de familia en el Salón del Trono y para que los novios saludaran, ya convertidos en marido y mujer, a las miles de personas que se habían congregado en los alrededores del palacio.
Las imágenes revelan entonces a una princesa Diana, que lejos de estar nerviosa por el gran momento que estaba viviendo, se vuelca en atenciones con su cortejo nupcial, especialmente con su damita de honor más joven, la pequeña Clementine Hambro de cinco años de edad. Otra de las grandes protagonistas del día.
La prensa británica en seguida ha puesto el foco en la pequeña que entre sollozos es consolada por la princesa Diana, quien sin miedo a ensuciar su vestido de David Emanuel sube a la pequeña en brazos y la colma de mimos. Unas atenciones que, como también se puede ver en las imágenes, repite el príncipe Andrés.
Clementine era una de las alumnas favoritas que Diana tenía en la guardería de Pimlico, la zona del centro de Londres en la que la trabajaba antes de convertirse en Princesa de Gales y casarse con el Príncipe Heredero a la Corona Británica. Junto a los Principes, se puede ver cómo la pequeña de cinco años –bien pegada a las faldas de Diana- se asoma con timidez al balcón de Buckingham para recibir una lluvia de aplausos.
Actualmente, Clementine –que es bisnieta de Wiston Churchill y por tanto familiar lejano de Diana, ya que el político británico nació el seno de la familia aristocrática de los duques de Marlborough, una de las ramas de la familia Spencer, a la que pertenecía la Princesa- tiene 39 años, es escritora sobre temas de jardinería, madre de tres niñas y residen en Londres.
El medio británico Express cuenta que la que fuera dama de honor de los Príncipes “fue a una escuela especializada en teatro y trabajó como actriz en Estados Unidos, en donde se prometió con un financiero para cancelarla boda semanas antes del gran día”. Sin embargo, en noviembre del 2006 ella fue la protagonista de su propia «boda de cuento», cuando se casó con Orlando Fraser -hijo de la historiadora, novelista y biógrafa anglo-irlandesa Antonia Fraser- en St.Margarets en la Abadía de Westminster, un enlace que suscitó el interés de la prensa y al que acudió una amplia representación de la aristocracia de Londres y también David Cameron, el que cuatro años después se convertiría en Primer Ministro del Reino Unido.
Para el día de su boda, Clemmie -como se hace llamar en sus redes sociales- optó por un gran cortejo nupcial, por lo que como se puede ver hasta 16 personas -entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes- le acompañaron hasta el altar y ella, al más puro estilo «princesa», también lució una corona a modo de diadema.
Ha sido el propio marido de Clementine el que ha compartido en las redes sociales una de las imágenes inéditas de la boda de Carlos y Diana, diciendo “creo que es mi esposa la que está en brazos de Diana con una rabieta”. Mientras muchos son los que han aprovechado esta publicación en su cuenta de Twitter para recordar cómo vivieron hace 34 años una boda que hizo historia.