El actor Cameron Boyce, de 20 años, falleció el 7 de julio: tenía epilepsia y su muerte fue ocasionada por una convulsión mientras dormía, dijo su familia en una declaración.
Boyce protagonizaba programas en Disney Channel, como Descendientes y Jessie, y apareció en varias películas.
«La trágica muerte de Cameron se debió a una convulsión resultado de una enfermedad que padecía, esa enfermedad era la epilepsia», un vocero de la familia Boyce dijo a ABC News en una declaración la noche del martes. El Servicio Médico Forense del condado de Los Ángeles practicó la autopsia, pero dijo que estaba esperando los resultados de pruebas adicionales antes de determinar una causa de muerte oficial.
La causa de muerte más probable fue la muerte súbita en la epilepsia (Sudep), comentó Orrin Devinsky, director del Centro Integral de Epilepsia de NYU Langone en Manhattan, que no era médico de Boyce.
Cada año, una de entre mil personas con epilepsia muere a causa de este trastorno. En Estados Unidos, hay alrededor de 2 600 decesos como ese al año, aunque los neurólogos sospechan que esa cifra es mayor.
«Puede ocurrirle a cualquier persona que padezca epilepsia», explicó Devinsky. «Incluso el primer ataque epiléptico puede ser el último. Cuanto más incontroladas, graves y frecuentes sean las convulsiones durante el sueño, mayor el riesgo».
Aproximadamente un 70 por ciento de los casos ocurre durante el sueño y suele encontrarse al epiléptico bocabajo en la cama. Por lo general, esas personas dormían solas. La posible causa de muerte es que la persona deja de respirar. Un ataque epiléptico grave puede apagar el cerebro temporalmente, incluyendo los centros que controlan la respiración, dijo Devinsky.
«Si eso ocurre mientras la persona duerme, y en ocasiones la convulsión hace que la persona acabe bocabajo, entonces es un cúmulo de condiciones adversas», explicó. Agregó que las convulsiones también pueden afectar el reflejo para despertar, que por lo general hace que la gente luche por respirar y moverse si el suministro de aire se bloquea.
Si alguien más está presente y puede girar a la persona, llamarla por su nombre y tratar de despertarla, «puede salvarle la vida», explicó Devinsky.
Muchos médicos no advierten a los pacientes ni a sus familiares sobre la muerte súbita en la epilepsia. La filosofía parece ser: ¿para qué compartir una noticia tan espantosa cuando no pueden hacer nada al respecto?
El riesgo de este tipo de muerte entre los pacientes epilépticos no puede eliminarse, pero hay algunas cosas que ellos y sus familias pueden hacer para reducirlo, explicó Devinsky. Hay que estar extremadamente atentos a la ingesta de medicamentos para controlar los ataques epilépticos.
«Si olvidan tomar una sola dosis, pueden morir», alertó.
La falta de sueño puede provocar convulsiones, lo mismo que el alcohol, en especial en exceso.
Los dispositivos de monitoreo para detectar convulsiones durante la noche —que se colocan en el brazo como un reloj o bajo el colchón— pueden alertar a un familiar o persona con la que se comparta la vivienda sobre un problema. Sin embargo, esa precaución no sirve en casos en los que la gente vive sola. No se sabe si poner una alarma a un volumen muy alto en la recámara podría ayudar a despertar a la persona que se convulsiona durante el sueño.
«En este momento, una gran deficiencia en los servicios médicos estadounidenses es que los médicos no advierten a los pacientes sobre esto», dijo Devinsky. «La mayoría de las familias nunca ha escuchado sobre esta posibilidad; es inadmisible. Es algo de lo que se debería informar a todos los pacientes».