Así es la dramática vida de la cantante Sia con 2 graves enfermedades

Dos graves enfermedades, adicciones y un novio muerto.

Hace algunos días, Sia Kate Isobelle Furler, simplemente conocida como Sia, se sinceró con sus fans y con el mundo en general, pues reveló que sufre de dolor crónico causado por una enfermedad neurológica, sin embargo ese no es el único obstáculo que la interprete ha tenido que superar, aquí te contamos todo lo que la estrella de la música ha vivido.

De acuerdo a Infobae, la compositora australiana sufre de un síndrome llamado Ehlers-Danlos que, de acuerdo con la página de la Clínica Mayo, es un conjunto de trastornos que afectan principalmente el tejido conjuntivo, una mezcla de proteínas y sustancias que aportan fuerza y elasticidad a estructuras que sostienen el cuerpo, como la piel, las articulaciones y las paredes de los vasos sanguíneos.

Las personas que padecen este síndrome suelen tener hiperelasticidad en sus articulaciones y la piel frágil, lo que se puede convertir en un problema al tener heridas que requieren suturas, pues la piel no es lo suficientemente fuerte para sostenerla.

“Oigan, estoy sufriendo de dolor crónico, una enfermedad neurológica, Ehlers Danlos y sólo quería decir a todos ustedes que están sufriendo de dolor, ya sea físico o emocional, te amo, sigue adelante. La vida es jodidamente difícil. El dolor es desmoralizante, y no están solos”, publicó la australiana en su cuenta de Twitter.

Otras complicaciones más graves que esta enfermedad puede causar, son rupturas en el intestino, y en el útero en el caso de las mujeres.

La cantante que ha sido exitosa en los últimos años no ha tenido un camino fácil para llegar a la cima.

Tal vez lo menos grave ha sido su divorcio del cineasta Erik Anders, con quien estuvo casada por dos años y que después de mucha “búsqueda en sus almas y reconsideración”, decidieron no seguir con su matrimonio.

Su carrera comenzó como la vocalista de la banda Crisp a mediados de la década de los noventas, sin embargo el grupo se separó en 1997 y después de eso decidió mudarse con su novio de entonces, Dan Pontifex a Londres. Sin embargo, eso tampoco duró mucho puesto que fue atropellado por un taxi y lamentablemente falleció.

La cantante regresó a su natal Australia, sin embargo, los amigos de su novio le insistieron que viviera con ellos en Londres, una oferta que aceptó, sin saber que eso la llevaría por el camino de las adicciones.

“Llegué y éramos 13 personas viviendo en un apartamento de tres habitaciones, y todos estábamos de luto y nos emborrachamos por mucho tiempo. Todos estábamos devastados y nos excedimos con las drogas y alcohol. Desafortunadamente esa juerga me duró seis años”, le contó al diario Sunday Telegraph en 2007.

«Yo fui una cantante por 10 u 11 años de éxito mediocre y era una alcohólica y una drogadicta, y después logré estar sobria y decidí que ya no quería ser una artista porque empecé a ser un poco famosa y me desestabilizó de cierta forma. Así que pensé qué no existe en la música pop por el momento? y era el misterio’ sabes, ya hay muchas fotos en Instagram de todos en el dentista”, confesó la cantante al conductor James Corden dentro de su segmento Carpool Karaoke.

Con el tiempo su adicción la llevó a consumir Xanax y OxyContin tras ser diagnosticada con trastorno bipolar que la dejó en el límite y la acercó demasiado al suicidio. Incluso dejó una nota de despedida en el 2010. Se incorporó a un programa de 12 pasos para adictos y ahora está sobria.

Pero sus problemas siguieron, ya que fue diagnosticada con Enfermedad de Graves, una padecimiento autoinmune que le ocasiona problemas en la tiroide, además de fatiga y dolores musculares. Sin embargo la compositora confirmó que no está lista para dejar de trabajar. “He establecido un modelo en donde puedo envejecer, la peluca no muestra la edad”, le dijo a la revista Rolling Stone. reseña sipse