A diario, es evidente el interés de los venezolanos por conocer «a cuánto están recibiendo» el tipo de cambio o como popularmente se conoce como «el dólar» en los supermercados del país para cumplir con las necesidades básicas.
Asimismo, parece inevitable la pregunta sobre el costo de los productos en medio de la crisis económica en Venezuela. “¿A cuánto está esto?”, preguntan los ciudadanos de a pie ante la preocupación de que alcance el dinero, tanto en moneda nacional como el efectivo en dólares, para abastecer su hogar de lo indispensable en medio de una pandemia que se asienta en Venezuela sobre los 1.000 casos de coronavirus.
Otras de las preocupaciones que recientemente se esparce desde que comenzó el estado de emergencia el 17 de marzo, es la aguda escasez de gasolina. Los venezolanos están expuestos ante la duda de salir a comprar a otro comercio o ahorrar gasolina de lo poco que tiene el tanque del vehículo.
Durante el tradicional aumento de sueldo del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, el ingreso mensual mínimo en el país, sueldo y bono de alimentación, la base para millones de trabajadores, pensionados y jubilados, pasó a ser de unos 4,5 dólares, al cambio oficial de ese momento.
En medio de ese panorama, el gobierno en disputa de Nicolás Maduro entregó bonos y algunas ayudas a través de cajas y bolsas de comida por la contingencia. A finales del mes de abril, el Ejecutivo publicó una lista de precios acordados de 27 productos alimenticios para “la contención contra la especulación”.
Cabe destacar que cada vez que el gobierno anuncia una regulación de precios, a buena parte de la ciudadanía le asalta el temor de volver a encontrarse con anaqueles vacíos.
Reporteros del portal web la Voz de América en Venezuela fueron de compras al supermercado más cercano con cinco dólares (US$5) o su equivalente en la moneda local, bolívares y destacaron que el retorno al sistema de fijación de precios no se cumple y concluyeron que cinco dólares (US$5) «son una referencia de lo insuficiente» para al menos rendir cuatro días.
Cabe destacar que el reportaje de VOA recorre, en su mayoría, mercados de Caracas y en una zona de comercial de Maracaibo, estado Zulia. Sin embargo, fuentes del portal La Nación Web reportaron que en algunos puntos de San Cristobal, estado Táchira, se ha acentuado la venta de frutas en dólares, reseña que se desglosa en detalles a final de esta nota.
Para poner en contexto, conozca, en fotos, las experiencia de los reporteros para VOA ante la pregunta: ¿entre la inflación y la nueva lista de precios, qué se logra comprar en un supermercado venezolano con el sueldo mínimo?
– El mercado de US$5 de Adriana Núñez Rabascall en Caracas: «Salir a otro comercio implicará gastar más gasolina”
5 dólares: 2 kilos de harina de maíz, un kilo de harina de trigo y 500 gramos de pasta.
Mientras tomaba los dos kilogramos de harina de maíz , el empleado del supermercado se me acercó y preguntó: «¿No llevará harina de trigo?». «No. La verdad no la uso», respondí. El joven insistía: «Debería llevar. Con eso puede hacer pan y ya quizás, la semana que viene, se acaben».
Entendí su razonamiento y puse la harina de trigo en la cesta de compras, sin saber realmente qué prepararía con ella.
En Venezuela, cada vez que el gobierno anuncia una regulación de precios, a buena parte de la ciudadanía le asalta el temor de volver a encontrarse con anaqueles vacíos.
El supermercado donde hago estas compras no es de los más económicos. Está enclavado en una zona clase media de Caracas donde no hay transporte público y, para llegar, hay que sortear una carretera con asfalto deteriorado, lleno de cráteres. Por tanto, todo lo que allí se expende es más caro que en el resto de la ciudad.
Continuó el recorrido. Tomo medio kilogramo de pasta y estoy lista para pagar. La caja registradora marca 974.000 bolívares, equivalentes a 5,04 dólares, de acuerdo con la tasa de cambio del día. Deberé pagar 9.000 bolívares adicionales al billete de 5 dólares para completar el pedido.
Al revisar la factura, comparo con la lista de precios oficiales establecidos por el gobierno en disputa de Nicolás Maduro. Ninguno se cumple.
La harina de maíz cuesta 19 por ciento más, la de trigo 25 por ciento y la pasta 50 por ciento más cara. No tengo opción al reclamo y tampoco interés. Salir a otro comercio implicará gastar más gasolina. Ante la escasez, el carburante se ofrece en el mercado negro a entre 1 y 4 dólares por litro; por ello no vale la pena ir más lejos y es preferible pagar más por los alimentos que gastar lo poco de gasolina que queda en el tanque.
– El mercado de US$5 de Álvaro Algarra en Caracas: “Los 5 dólares utilizados para ese pequeño mercado se convierten en una referencia de lo insuficiente”.
El día que me tocó ir al mercado durante la pandemia decretada por la COVID-19, con un billete de 5 dólares, intenté cubrir las necesidades básicas alimentarias de mi familia. A pesar de que la Constitución de Venezuela dicta que el salario mínimo debe tomar como referencia al costo de la canasta básica, solo pude acceder a cuatro productos con precios regulados por el gobierno en disputa del país.
El primero que elegí fue unos granos negros, conocidos en Venezuela como “caraotas”, las cuales contienen una gran fuente de proteínas. Además pude agregar a la lista un kilo de arroz, un litro de leche para mis hijos y un paquete de papel sanitario.
Estos cuatro productos, que no cubren las necesidades consideradas como básicas, superaron el monto del salario de la mayoría de los ciudadanos del país.
Así, los 5 dólares utilizados para ese pequeño mercado se convierten en una referencia de lo insuficiente, y las dificultades que tienen miles de familias en el país para acceder a una alimentación básica; sin pensar en otras necesidades con ropas, vivienda, educación, medicina, ni mucho menos algo de esparcimiento.
Destaco que esta compra rinde para cuatro días, comiendo una sola vez, en el caso de una familia como la mía que está integrada por cuatro personas.
– El mercado de US$5 de Carolina Alcalde en Caracas: «No fue tarea fácil»
Una mayonesa, un paquete de pasta de 500 gramos y un litro de leche sumaron 4,88 dólares. Fueron los tres productos de la canasta básica que alcancé a comprar utilizando cinco dólares como cifra límite el pasado viernes por la mañana, en el supermercado que usualmente visito en las inmediaciones de mi casa en el este de Caracas.
No fue tarea fácil, tuve que calcular varias veces con diversos artículos para no pasar el monto establecido y poder llevar la mayor cantidad de productos posible, entre ellos mayonesa, lo que puntualmente fui a buscar.
Si incluía mantequilla o queso, el monto superaba el límite.
Fue un experimento que me llevó a pensar en las millones de personas que deben maniobrar para lograr comprar la mayor cantidad posible de comida. Mi límite para una compra era de 5 dólares, el mismo monto con el que muchas personas cuentan para sobrevivir durante un mes.
– El mercado de US$5 de Fabiana Rondón en Caracas: ”Nos ha tocado pedir delivery”
Quería comerme un arroz con pollo, pero con el efectivo que tenía por supuesto sabría que quizás sólo me alcanzaría para el arroz.
Vivo en el Hatillo, hacia el este de Caracas. Tengo una bebé de un año, por lo que nos da mucho miedo a mi esposo y a mi tener que salir a comprar y exponernos alguno de los dos.
Nos ha tocado pedir delivery, primero por el miedo a salir y segundo por el tema de la gasolina. El supermercado más cercano queda a uno 10 minutos en carro.
El servicio de entrega a domicilio hasta nuestra casa cobra tres dólares. Con ese dinero, el que reparte las compras logra comprar la gasolina para su moto. De esta forma quedó atrás mi deseo de comerme mi arroz con pollo.
El precio del arroz era de 1,5 dólares. Así que pregunté qué podía comprar con el resto del dinero que quedaba, y el vendedor me dijo que solo una lata de atún, que cuesta 1 dólar. Pensé que sería poca proteína pero si compraba 2 (latas) se pasaba. Compré entonces un atún y el arroz.
Al llegar el pedido el señor me dijo que sobraban 0,5 céntimos y me trajo un pimentón.
– El mercado de US$5 de Luisana Solano en Caracas: «Intenté comprar una mantequilla o una pasta, pero se pasaba»
A las 9:00 a.m. del sábado, como es costumbre, ya había gente comprando. En un supermercado en el oeste de Caracas, entre los tapabocas, lo que más se escuchaba era: “¿a cuánto están recibiendo el dólar?” o “¿a cuánto está esto?”.
Fui directo a buscar el cartón de huevos porque quería garantizar una proteína. Aproximadamente 3,5 dólares. Era la única presentación que encontré. Ya no me quedaba mucho por gastar. Enseguida busqué la harina de maíz. ¿Cómo iba preparar el carbohidrato para acompañar la proteína? Poco más de 1 dólar. Ya quedaban solo unos 50 centavos.
Ya en la caja, intenté comprar una mantequilla o una pasta, pero se pasaba del monto del que disponía.
Aunque no está en la lista de productos regulados, tuve que agarrar una compota. O gastaba los 5 dólares, o pagaba 4 dólares y la otra parte, unos 50 centavos, en bolívares. El monto era poco, pero no tenía suficientes bolívares para pagar esa diferencia.
– El mercado de US$5 de Gustavo Ocando en Maracaibo, estado Zulia: “Déjelo así”
Un cliente tranza este mediodía su compra en la caja registradora de un supermercado de Maracaibo, famoso por vender “el mejor pan de la ciudad”. Otros tres, mientras recorren sus pasillos vistiendo tapabocas.
Con calculadora en mano, tomo una bolsa de 10 panes salados o franceses, como se les conoce en la localidad. Su etiqueta refleja el precio: 394.800 bolívares.
Luego, es el turno de 180 gramos de queso palmita, por 234.000 bolívares, y de 130 gramos de jamón de pavo, por 286.000 bolívares.
La cuenta, de 914.800 bolívares, es de 4,98 dólares, de acuerdo con la tasa de cambio del día en el Banco Central de Venezuela.
“¿Quiere una bolsa?”, pregunta la cajera. “Sí, por favor, ¿cuánto cuesta?”, respondo. La joven teclea frente a ella para sumar 6.000 bolívares al total: 5,01 dólares.
“Déjelo así”, dice, condescendiente, al recibir un solo billete de cinco “verdes” y el mínimo dinero faltante.
Según el portal de noticias La Nación Web, en algunos puntos de San Cristóbal, estado Táchira, se ha acentuado la venta de frutas en dólares, «hecho que asombra a muchos consumidores»
Francia Delgado, una ama de casa que salió a comprar unas frutas en Barrio Obrero para su hija que está embarazada, quedó sorprendida cuando le revelaron los precios.
«Por un kilo de uvas, uno de fresa, cuatro cambures, me pidieron 20 dólares -3.600.000 bolívares-. Esto no puede ser, ¡Dios mío¡», dijo.
El comerciante, al ver la cara de asombra de la ciudadana, no le dio mucha importancia y siguió vendiendo las frutas, «como si nada».
La consumidora Delgado prescindió de comprar, pero observó que otros vendedores «estaban haciendo lo mismo».
Entre los precios de referencia, cotizados en pesos «porque son más baratos», las uvas y las fresas son las más costosas. La piña se consigue en 2.500 pesos y la lechosa a 1.500 pesos el kilo.
Con información de Voz de América y La Nación Web