Una especie de corralito restringe el retiro de bolívares de los cajeros automáticos y bancos

 Como por contagio, la escasez de alimentos y medicinas se extendió también a los billetes de alta denominación de 50 y 100 bolívares. La moneda nacional de los venezolanos se ha visto afectada por la devaluación y la falta de papel para imprimir, publica ABC de España.

Por Ludmila Vinogradoff/Corresponsal en Caracas

Ahora no hay cómo ni con qué comprar las cosas. La sequía de productos básicos y de billetes para adquirirlos es agobiante, unido a la hiperinflación y a una especie de «corralito» que ha restringido el retiro de bolívares a la mitad de lo usual en los cajeros automáticos y bancos. La situación se complica porque no todos los usuarios tienen tarjetas de débito y de crédito.

El Banco Central de Venezuela publicó un aviso convocando una licitación para el suministro de papel de seguridad para la impresión de billetes de 50 y 100 bolívares. El aviso ha disparado las alarmas porque exige a las empresas a que tengan «la capacidad propia y la disponibilidad» para postularse en una licitación que se dirimirá el próximo octubre.

Según el portal «DolarToday», que ha sido blanco de los ataques del Gobierno de Nicolás Maduro por publicar la cotización del prohibido mercado negro donde el cambio de hoy está en 676 bolívares por dólar y 751 euros, la Casa de la Moneda, «la máquina de imprimir está que echa humo».

Su informe señala que «en junio de 2015, se imprimieron casi 1.900 millones de billetes de 100 bolívares, un poco más del doble de la cantidad producida en junio del año anterior. Y en los estados fronterizos con Colombia, se restringe el retiro diario en las taquillas de los bancos hasta un máximo de 20.000 bolívares».

Resulta que en los estados fronterizos como Táchira, Mérida, Zulia y Apure los «bachaqueros» o revendedores ganan entre un 15% y 30% por la cantidad de billetes de bolívares que llevan a Colombia. El bachaqueo (trasiego de hormigas bachacos) permite a los colombianospasar el contrabando pagando en efectivo los bolívares a los militares de los puestos fronterizos sin dejar rastro de la corrupción.

La web «DolarToday» explica que, pese a que la Casa de la Moneda está imprimiendo bolívares, los venezolanos se están quedando cortos de billetes. La liquidez entre enero y mayo de este año aumentó casi 13% el doble del año pasado.

Y aclara que el estallido de los precios a ritmo de hiperinflación hace necesario disponer de un monto cada vez mayor de dinero en la carterapara comprar bienes y servicio de consumo diario. Pero, a la vez, el portafolio de billetes disponibles —por decisión del Gobierno, adoptada a finales del año pasado— sigue siendo el mismo, a pesar de los embates de la inflación y la devaluación.

El billete de mayor denominación, de 100 bolívares, equivale a 14 céntimos de dólar estadounidense al cambio del mercado negro. Un diario de papel, por ejemplo, cuesta 200 bolívares; un kilo de patatas, 300. El comercio electrónico es una alternativa, pero apenas una pequeña parte de la población venezolana está bancarizada. Todavía gran parte de las transacciones diarias se hacen en efectivo.

Economistas y comentaristas han señalado en las redes sociales que estas medidas restrictivas están configurando un «corralito de facto», que no ha sido decretado de manera abierta y que, en vez de responder a requerimientos de política macroeconómica, atiende al más prosaico desabastecimiento de billetes.