En su más reciente informe sobre Venezuela, titulado «La Ideología no paga las cuentas», el banco de inversión Credit Suisse muestra una visión especialmente optimista sobre la evolución de la economía venezolana, en la que destaca una proyección de crecimiento de 20% del PIB este año, con una inflación de 70%, un superávit de 4.000 millones de dólares en la balanza de pagos, y un aumento de los ingresos en divisas superior a 40%.
Los analistas de la institución supusieron correctamente que estos números parecerían improbables a los lectores, y por ello aclararon que no se trata de un error: «Revisamos nuestra previsión de crecimiento del PIB real para 2022 hasta el 20%, desde una proyección anterior del 4,5%. Para 2023, también aumentamos nuestra previsión de crecimiento del PIB real al 8%, desde una estimación anterior del 3%. No se trata de errores tipográficos. Si somos precisos, estas podrían terminar siendo unas de las proyecciones de crecimiento más elevadas a escala mundial para estos años. Sin embargo, queremos ser claros, las previsiones de alto crecimiento no deberían ser una sorpresa después de que la economía venezolana tocara fondo en 2020. Nuestra previsión para este año se basa en gran medida en la expectativa de que el PIB petrolero aumente más del 20%«.
Y añade el informe de Credit Suisse: «Debe subrayarse que la producción petrolera venezolana promedió el año pasado unos 550.000 barriles por día. Por lo tanto, un aumento de la producción de entre 100.000 y 150.000 bpd implica un crecimiento de alrededor del 20 o 25%. Además, los datos en lo que va de año sugieren que la movilidad podría aumentar 25% interanual este año, lo cual está en línea con los informes de mejora del suministro de combustible y de la actividad del sector privado. Los datos fiscales y de comercio exterior nos reafirman en la probabilidad de que Venezuela registre un fuerte crecimiento este año».
-¿Puede EEUU sustituir con crudo venezolano al ruso? La respuesta es… –
Como los analistas del banco de inversión suizo sostienen que la clave para explicar su optimista pronóstico de crecimiento -o, más bien, de rebote- de la economía es el petróleo, su informe parte de la premisa de que es posible que las relaciones entre Washington y Caracas mejoren. Un supuesto que establecen como probable.
En consecuencia, su respuesta a la pregunta clave de si un cierto «arreglo» con el gobierno de Nicolás Maduro puede sustituir al petróleo ruso que la potencia norteamericana está dejando de importa es «sí, puede. EE.UU. importó aproximadamente 700.000 barriles diarios de productos petroleros de Rusia en 2021; la capacidad de exportación de petróleo de Venezuela el año pasado fue de entre 500.000 y 700.000 barriles por día. Además, parece factible que, con una relajación de las sanciones, las autoridades venezolanas puedan aumentar esa cifra».
«¿Resuelve esto el problema de suministro del mercado petrolero? No, pero ayuda. Y también tiene otro efecto: le quita, hasta cierto punto, un aliado a Rusia. ¿Podría mejorar la relación entre Estados Unidos y Venezuela a corto plazo? Todo lo que podemos decir es que el chavismo ha demostrado, en los últimos años, que la economía empieza a tener mucha más importancia que la ideología, lo que vemos como un desarrollo favorable».
– Aumento de ingresos –
Según la estimación de Credit Suisse, el gobierno de Venezuela ingresó al cierre del primer trimestre 1.100 millones de dólares por impuestos, cifra que supera «2,2 veces» la tributación en el mismo período del año pasado. «Nuestras estimaciones sugieren que la recaudación fiscal expresada en dólares (para evitar las distorsiones inflacionarias) podría crecer este año por encima del 40%«.
«Por otra parte, los datos comerciales del FMI (Fondo Monetario Internacional) muestran que las importaciones de Venezuela han crecido de manera constante hasta alcanzar 1.000 millones de dólares en diciembre de 2021. Si esta tendencia persiste, las importaciones venezolanas podrían crecer por encima del 15% en 2022. Reconocemos que aún es muy pronto para ser tan optimistas, pero es probable que los altos precios del petróleo se mantengan durante un tiempo, lo que constituye una razón más para ser optimistas sobre el crecimiento».
– Inflación: una sorpresa positiva –
Credit Suisse proyecta un aumento de la inflación de 70% al cierre del año, una corrección muy importante frente a su previsión anterior que era de 150%, una revisión que los analistas de la entidad reconocen como «una positiva sorpresa».
«Creemos que la mejora en el proceso de formación de precios se debe en parte a las intervenciones de las autoridades para evitar una mayor depreciación del bolívar, que está proporcionando un ancla nominal a la economía. Además, pensamos que la dolarización y la reactivación del sector privado probablemente han reducido la escasez y mejorado la competencia de precios entre las empresas».
El reporte del Credit Suisse apunta que «… para 2023 prevemos una inflación anual de alrededor del 50%, frente a una de una expectativa anterior del 80%. En el sector externo proyectamos que Venezuela registrará un superávit de cuenta corriente de unos 4.000 millones de dólares este año. Todo ello se debería
a la subida de los precios del petróleo y a un probable aumento de las exportaciones».
Y agrega que: «Para la realización de nuestras proyecciones tenemos en cuenta la ligera probabilidad de que las sanciones de EE.UU. a Venezuela se relajen un poco. El exceso de fondos procedentes de las exportaciones de petróleo probablemente seguirá siendo utilizado por el Banco Central para vender dólares en el mercado de divisas. No suponemos cambios en las reservas internacionales brutas del país, ya que, en nuestra opinión, las autoridades parecen estar manejando los fondos en cuentas extrabalances».