La consultora de riesgo político Eurasia Group precisó en un reciente análisis que la reestructuración de la deuda venezolana será «un proceso complicado».
En ese sentido, acotó que el camino hacia una eventual reestructuración de la deuda de Venezuela «será largo y estará plagado de múltiples obstáculos políticos y económicos».
«Hay una amplia gama de instrumentos financieros en mora, sujetos a diferentes condiciones jurídicas y económicas», sumó.
Explicó que «es poco probable que se levanten las sanciones que limitan la emisión en el mercado primario hasta después de las elecciones presidenciales (venezolanas), como muy pronto, lo que apunta a que la reestructuración no se producirá hasta 2025 (la mayoría de las reestructuraciones implican la emisión de nuevos bonos a cambio de la deuda antigua, y las soluciones alternativas deberían ser posibles aunque planteen problemas legales)».
Destacó que eso también dependerá de «unas elecciones presidenciales suficientemente competitivas y del reconocimiento de Estados Unidos».
Resaltó, además, el papel de China «como acreedor importante» de Venezuela y «la ausencia de un marco de sostenibilidad de la deuda acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían complicar los esfuerzos para lograr un acuerdo».
Tres posibles escenarios para 2024
Por su parte, los economistas venezolanos Jesús Palacios Chacín y Asdrúbal Oliveros proyectaron 3 posibles escenarios para la economía venezolana en 2024.
Ante ello, Oliveros expresó que a pesar del alivio de las sanciones «será difícil contrarrestar el escenario negativo de finales de este año».
Sin embargo, indicó que las nuevas licencias podrían cambiar el escenario económico para 2024: «esperamos un mayor gasto público y un aumento gradual de la producción de petróleo, que en cualquier caso difícilmente alcanzará el millón de barriles antes de 2025».
A continuación, algunos escenarios:
1.- Tras los importantes cambios antes mencionados, se renueva la licencia y el país avanza hacia un crecimiento del PIB cercano al 12% en 2024: más del doble de lo que esperábamos si se mantuviera el statu quo. Si bien este crecimiento es considerable, proviene de una base muy baja, ya que la economía de Venezuela necesitaría crecer alrededor del 360% para recuperar su tamaño anterior a la crisis.
2.- Volver al statu quo de 2023 –con sólo algunas licencias restrictivas para empresas como Chevron– si las nuevas licencias no se renuevan después de abril. Antes del alivio de las sanciones, esperábamos un crecimiento del PIB cercano al 5% en 2024.
3.- Un aumento de la presión política sobre el país si el Gobierno no cumple con sus acuerdos de Barbados. Estados Unidos podría, por ejemplo, eliminar incluso la licencia original de Chevron.
Asdrúbal Oliveros puntualizó que el desempeño económico para 2024 tiene «un alto componente de incertidumbre», causado por los vaivenes de la política venezolana.
«Es clave para las empresas trabajar en base a escenarios y un monitoreo permanente de los acontecimientos», enfatizó en sus redes sociales.