La reposición de los inventarios de carne de res y pollo está paralizada por el miedo de los carniceros y distribuidores a que los organismos fiscalizadores los obliguen a vender los productos proteicos por debajo de los costos de adquisición.
Un comerciante que declaró bajo anonimato por lo delicado de la situación, dijo que tienen temor a seguir trabajando con unas “medidas irracionales que obligan a vender carne a precio regulado, cuando no la conseguimos a ese precio”.
La diferencia entre el precio regulado y el que fija la realidad del mercado “es abismal”, catalogó esta fuente.
Esta semana, cuando fueron retomadas las fiscalizaciones a las carnicerías, la res en canal, que es como los distribuidores despachan la carne al comercio detallista, marcaba 500 bolívares el kilo, 270% por encima del precio indicado en la Providencia 52 de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio-Económicos (Sundde), publicada el pasado 1º de junio.
Desde este martes empezó el operativo de la Sundde dirigido a carnicerías, supermercados y distribuidores, es decir toda la cadena de comercialización y abastecimiento.
La fuente no precisó cuántas empresas han sido fiscalizadas hasta ahora, pero señaló que los procedimientos resultaron en medidas de venta del producto al valor regulado y, en algunos, la imposición de sanciones pecuniarias de 100 a 1.000 unidades tributarias (15.000 a 150.000 bolívares).
“Cuando las amas de casa ya no tengan carne en su casa y los negocios que todavía tienen carne se les agote el producto, va a notarse una seria escasez de carne. Todos los pedidos están paralizados hasta nuevo aviso, no hay ningún anuncio que nos garantice que no vamos a trabajar a pérdida”, dijo el comerciante.
Los distribuidores hacen pedidos semanalmente, por lo que la suspensión de despachos se podría reflejar en neveras desprovistas de carne y pollo en un plazo de siete a ocho días.
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