Dado que OFAC no publicó ayer una modificación o revocatoria de la licencia 41 de Chevron, la licencia original se renueva automáticamente por seis meses desde el punto de vista legal.
Sin embargo, esto no resuelve el problema, puesto que las licencias son instrumentos discrecionales dentro del marco de las sanciones.
Trump puede cancelarla, modificarla, reinstalarla o negociarla cuando quiera, sin ninguna limitación de fecha y ahora sabemos que en función de su decreto de emergencia puede también modificar el periodo de salida de seis meses (wind down) que está establecido en la propia licencia, algo que sería inusual, pero no imposible.
De acuerdo a la declaración pública de Trump, anunciando la reversión de la licencia, es difícil pensar que el Departamento de Estado no está evaluando y preparando la decisión que se ajusta a la orden presidencial, como también podríamos suponer que se dispararán (si no se han disparado) todos los mecanismos de negociación entre gobiernos para intentar una solución al problema, lo que sería la mejor salida.
La respuesta de Maduro ha sido ponderada, lo que parece mostrar su disposición a negociar y la no cancelación inmediata de la licencia en su fecha correspondiente también podría significar una ventana de negociación-solución.
Pero la verdad es que el no haber publicado una modificación o cancelación el 1 de marzo no significa que esta historia terminó. Lo único que prolonga realmente es la incertidumbre.
Seguimos en breve…