Los envasados, como el atún, las sardinas, el endiablado y las pepitonas se convirtieron en un artículo de lujo en las de las amas de venezolanas.
Los productos envasados, como atún, sardinas, pepitonas y jamón endiablado prácticamente se convirtieron en una exquisitez dentro de la cocina de las amas de casa, debido a los altos precios que tienen en los mercados.
El atún entró en esa lista de productos de lujo, pues la lata más pequeña (140 gamos), de la marca Atún Mar, se consigue hasta en 1.015 bolívares.
“Todavía se encuentran algunas al precio viejo de Bs 881”, dijo un comerciante de origen asiático. Pero las que nos acaban de traer subieron más, la lata más grande (400 gramos) no apareció más”.
Dentro de los costos actualizados también está Atún El Faro, que costaba Bs 420 y Bs 520 y ahora está en Bs 757.
Un comerciante que pidió no ser identificado comentó que esa especie del mar procesada se ha disparado hasta en 2.000%, ya que en enero del año pasado la lata pequeña se vendía en unos 50 bolívares.
El expendedor de un supermercado local, Gilberto Suniaga, dijo que le quedan pocas a precios viejos. “El Eveba en aceite de oliva estaba en Bs 815 y no se vendía casi, pero cuando se escuchó que llegaría a Bs 2.800 la gente se lo llevó”.
La sardina en lata, en aceite vegetal, ya no parece ser el alimento de los pobres, porque la presentación de 270 gramos pasó a costar 400 bolívares cuando el año pasado se ubicaba en Bs 83 (subió 339%).
La lata más pequeña de 170 gramos cuesta entre 170 y 181 bolívares.
Otros productos como el jamón procesado de las marcas Diablitos Underwood de 42 gramos está en Bs 92, Fiesta (115 grs) en Bs 285 y el Oscar Mayer (100 gramos) vale Bs 396.
Las pepitonas enlatadas, tan to naturales como picantes, superan los Bs 300 en la presentación de 140 gramos.
Recuerdo gastronómico
Para las amas de casa tigrenses, los productos enlatados pasaron a ser un recuerdo.
Ydamaylys Márquez y Liseth de Díaz comentaron que dejaron de llevar atún desde que comenzó a subir el precio a cada rato. “Nosotras comprábamos ese producto casi todas las semanas”.
Iliana Valles dijo que compraba cuatro latas de sardinas para preparar el almuerzo, pero ya no lo puede hacer.
“Ahora prefiero buscar la sardina natural, que está igual de cara, pero me rinde más”, comentó.
Mientras que Carmen Felipa de Meléndez señaló que compraba diablitos para preparar panes a sus muchachos pero ahora lo hace de “vez en cuando” porque aumentó mucho para su bolsillo.
Fuente: El Tiempo