El pasado 17 de noviembre, el presidente Nicolás Maduro declaró en una entrevista televisiva que “ese proceso que llaman de dolarización puede servir para la recuperación y despliegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía, una válvula de escape. Gracias a Dios, existe“.
Además, agregó: “Venezuela siempre va a tener su moneda, vamos a recuperarla y defenderla“. Una reflexión que no ha estado exenta de polémicas.
La declaración llega justo cuando países como Rusia anuncian que están en un proceso de desdolarización por considerarla una moneda riesgosa y “tóxica”.
La razón de esta decisión la dio el propio presidente Putin, durante su participación en el foro económico internacional de San Petersburgo, celebrado hace un par de meses.
“Tras obtener el estatus de la divisa de reserva global, el dólar se ha convertido hoy en día en un instrumento que ayuda al país que lo emite a ejercer presión sobre el resto del mundo“, destacó el mandatario.
De sanciones y tensiones políticas
Las decisiones sobre el uso de la moneda estadounidense en las distintas economías, sin embargo, merecen un examen más detallado y acotado a las realidades geopolíticas particulares.
Luis Vicente León, economista venezolano con más de 30 años de experiencia en procesos electorales y consultoría empresarial y política, acepta el reto de avanzar en un análisis situacional que tampoco se muestra libre de polémica.
Sin embargo, así como posee pólvora para ir contra las políticas gubernamentales, también tiene opiniones que de seguro son consideradas impopulares dentro del sector de la oposición política más radical. Una de ellas está referida a las sanciones económicas, las cuales considera “un absurdo” que jamás han producido cambios de Gobierno.
“No lo lograron ni en Cuba, ni en Siria, ni en Irán, ni en Norcorea. (…) Estas han sido hiperdecepcionantes, y al final en la medida en que se alargan terminan afectando mucho más al pueblo que al Gobierno al que suponen que quieren afectar“, concluye.
Además, para completar afirma que “el Gobierno parece mucho más estabilizado hoy que lo que estaba hace un año. Y a pesar de que hay llamados a reactivar la calle y marchar, la verdad es que la disposición de la gente a hacerlo es baja“. Otra opinión que no debe caer muy bien en las filas de la oposición venezolana.
Un examen al fenómeno
León afirmó en una entrevista que el 50% de la economía venezolana había emigrado a moneda extranjera. Sustenta sus hallazgos en un monitoreo nacional que realiza su empresa Datanálisis al comportamiento de consumidores, empresarios y comercios. Sus previsiones para los próximos meses, sin embargo, rebasan por mucho esa cifra.
— Existe un hecho innegable que es la dolarización y hasta podría hablarse de una divisalización de la economía. ¿Cuáles considera son los aspectos positivos y negativos de dicha situación?
— Con respecto a esa divisalización, lo que termina ocurriendo es que la economía en efecto está reaccionando a una pérdida muy importante de la capacidad de compra del bolívar que obviamente pierde valor en la hiperinflación, y el Gobierno no ha podido parar el proceso, lo ha desacelerado, pero no ha detenido el fenómeno. Por otro lado, no es capaz de producir dinero nuevo para poder inyectar la diferencia de la pérdida de valor de la moneda. Hay una escasez muy importante de bolívares físicos para poder operar en el mercado y eso ha obligado a que el mercado migre buscando otros mecanismos de pago que los va a conseguir en las divisas.
— ¿De dónde proviene esa masa monetaria?
— Bueno, las divisas provienen de muchas fuentes. Unas tienen que ver con las remesas, otras con la repatriación de dinero de los venezolanos que tienen ahorro en el exterior desde hace muchísimos años. En Venezuela, nadie que tuviera superávit ahorraba en bolívares desde los años 80, fecha de la gran macro devaluación venezolana. Por tanto, hoy una parte importante de la población tiene acceso a sus propios ahorros en el exterior y los trae para compensar su vida. Pero además, están las operaciones de frontera que son en moneda extranjera, el contrabando de extracción, el oro legal e ilegal, las exportaciones no tradicionales que tienen que ver con el narcotráfico y el narcolavado.
— ¿Quién es el responsable de la hiperinflación en Venezuela?
— Es un fenómeno clásico que está vinculado a la variable monetización del déficit fiscal en la pérdida de confianza. Usted puede tener un montón de cosas alrededor: especulación, acaparamiento, pero eso son consecuencias. Las causas de la inflación son fundamentalmente la monetización del déficit fiscal. El propio Gobierno venezolano, reconoció abierta y explícitamente en boca del propio presidente Maduro, que habían cometido errores al haber generado dinero para cubrir el déficit y que eso había disparado los procesos de precios y habían generado inflaciones imparables, que mezcladas con la pérdida total de confianza en las autoridades monetarias y en la autoridad de Gobierno, desató el proceso hiperinflacionario. Y luego de desatado, tú no lo resuelves hasta que aplicas un modelo integral de cambio que rescate inversión, confianza, que reequilibre mercados.
— ¿Existen medidas gubernamentales acertadas?
— Hoy, la economía venezolana en efecto tiene un montón de cambios que son más racionales que los que había hace un par de años. La apertura cambiaria, la de precios. Incluso el Gobierno ha reducido el déficit fiscal, eso ha pasado. Con lo que podemos decir que la reacción, quizá no diseñada, pero sí vinculada a su pérdida en su capacidad de control de la economía, ha generado una apertura de facto de la economía venezolana. Pero la respuesta no resuelve el problema, porque ahora lo encuentra aislado, con sanciones, sin capacidad de respuestas gubernamental y sin confianza de los inversionistas. Eso impide que los mecanismos racionales puedan rescatar los equilibrios.
— ¿Por qué subió el dólar a pesar de que no aumentaron los salarios por un tiempo sostenido? ¿A qué se debe?
— La devaluación de la moneda también es un fenómeno producto de la hiperinflación y los desequilibrios, y no hay absolutamente ninguna forma de estabilizar el valor del dólar si tú no estabilizas la economía porque eso no es más que el precio de un bien y ese precio está alterado porque la economía está desequilibrada y no hay confianza. Al no haber confianza en la moneda y en las autoridades, simplemente los venezolanos sienten que su moneda pierde su funciones que son las de intercambio y de reserva de valor patrimonial y de contabilidad. Si no tienes ningún tipo de confianza, no quieres bolívares, tú quieres monedas extranjeras y no hay manera de parar la demanda.
— Usted plantea algunas soluciones al fenómeno del uso de divisas: legalizar y bancarizar las operaciones en moneda extranjera. Abrir el país al cambio. ¿Cómo se logra esto? ¿Es solo un asunto de voluntad gubernamental o hay factores que escapan a la mera órbita de los actores nacionales de la economía, es decir, Gobierno, bancos, empresas?
— Al final de cuentas, lo que se ve en la economía venezolana es una dolarización o una divisalización de facto. Lo quieran o no, eso es lo que está ocurriendo, y es muy probable que el año que viene superemos el 75% de las transacciones en divisas. ¿Qué pasa entonces? Si tú no reconoces ese proceso, lo que termina ocurriendo es que el mercado solo opera en efectivo y en transacciones internacionales, Zelles, tarjetas de crédito externas, etc, y el bolívar va perdiendo su función.
Si el Gobierno no reconoce lo que está pasando, pierde también su capacidad de incidir sobre la economía, tanto en la política monetaria como la fiscal. Si no atiendes el fenómeno, qué va a pasar, pues que la gente salga con dólares en la cartera. Van a empezar a circular grandes cantidades de dólares en los supermercados, en los comercios, en las clínicas y al final eso que es, pues un paraíso para las operaciones negras, un paraíso para el narco lavado, pues las operaciones empiezan a ser cada vez más grande en dólares, y tú no puedes separar las operaciones legales de las ilegales.
— Puede convertirse en un problema de dimensiones insospechadas…
— ¿Tú te imaginas lo que significa un país donde todo se paga en dólares o euros en efectivo para el negocio del narco lavado? Con traer containers de dinero, inyectarlos en Venezuela, resuelven su problema. Es la forma natural en que ese mercado opera. Si tú no bancarizas esa masa de dinero qué puede ocurrir, pues que el próximo año cuando vuelva a entrar la misma cantidad que pueden ser ocho o 10.000 millones de dólares, o incluso más, tendrás una macro lavadora dando vueltas por todo el país.
— A veces, la economía suele pensarse sin tomar en cuenta los ámbitos políticos. En una situación de tensión como la que se vive en Venezuela, ¿qué factores son necesarios para la estabilización, en un primer momento, y activación, en un segundo momento, de la economía nacional?
— Claro que la política es marcadora y hasta que no la resuelvas no vas a resolver los desequilibrios económicos. Creo que en el caso venezolano, sí existe una internalización de que el problema principal es un problema político. No es un caso clásico. Si yo tuviera que evaluar la respuesta del Gobierno a la economía, ha sido una respuesta relativamente racional. Es casi un modelo ortodoxo. Pero es parcial, porque aunque reconoces las transacciones en moneda extranjera, no permites que se bancarice, lo que facilita que puedas regularla y cobrar impuestos sobre ella.
Pero además, si miras el anaquel también te das cuenta de que el Gobierno está permitiendo la liberación de precios de las mercancías, es un hecho. Tú puedes ver la subida de precios a diario y en muchos casos, por encima de los precios internacionales. Y también es un hecho de que el Gobierno ha reducido el gasto público en términos reales. Lo miras en las estadísticas. Pero qué es lo lamentable, que nada de eso puede resolver el problema si no se rescata la confianza, y no puedes rescatar confianza si no resuelves la conflictividad política que termina además en un problema internacional, y eso genera que los inversionistas se espanten del proceso, y sin inversión no hay crecimiento.
— Una última cuestión, si mañana fuese nombrado ministro de Economía, con el único objetivo de sacar el país de la crisis económica y activar el aparato productivo, ¿cuáles serían las medidas de corto, mediano y largo plazo que tomaría? ¿Variarían las decisiones si ese nombramiento lo hicieran desde el Gobierno o la oposición, o en ambos casos actuaría igual?
— Si yo tuviera que tomar decisiones específicas, nunca aceptaría la posibilidad de tratar de activar la economía sin haber resuelto el problema político venezolano, porque simplemente está condenado cualquier intento. Y para aceptar una misión real de rescatar los equilibrios, solo lo aceptaría en la medida que tú tienes una negociación política en la que todos los actores han participado, donde el país rescata su senda de desarrollo, donde hay una transición política que camina hacia una solución que le entregue al pueblo su posibilidad de elegir un presidente en democracia. Solo así podemos hablar de rescate de equilibrios y de un modelo económico sano o más estable.