Humberto García Larralde: Maduro aplica ajuste severísmo a cambio de pagar deuda externa

Según el economista Humberto García Larralde, el presidente Nicolás Maduro, a pesar de su discurso contra la economía neoliberal; que no es amigo de los ajustes, lo que está es aplicando un ajuste severísimo, a cambio de pagar la deuda externa.

Enrique Meléndez/Noticiero Digital

El señalamiento lo hizo durante una exposición que tuvo lugar en un foro, organizado por la Facultad de Economía de la UCV.

Dijo de entrada que durante el siglo pasado y el presente Venezuela había vivido con la impronta petrolera; admitió que esa impronta ayudó a modernizar al país; resolvió una gran cantidad de problemas; le ofreció recursos financieros a los gobiernos, para invertir en infraestructura; que se modernizó la administración pública.

Resaltó, además, lo meritorio que fue el hecho de que un país, totalmente ignorante en materia petrolera, poco a poco tuvo que aprender a manejar los aspectos administrativos, conceptuales y de ingeniería del petróleo; aprender a negociar con la empresas transnacionales; que tenían que entender cómo era ese negocio; de modo que, a juicio de García Larralde, el país construyó la modernidad, gracias a ese desafío, que significó el petróleo; convirtiéndolo en la gran palanca del desarrollo de la sociedad, bajo el lema de sembrar el petróleo.

Se remontó al trienio 1945-48, una vez que se ha instalado la democracia como sistema de gobierno, para ubicar allí la génesis de ese proyecto de desarrollo, en que se orienta el país sobre la base del petróleo, y que, en ese sentido, se comienzan a diseñar políticas mucho menos intervencionistas de la economía, llamadas a fomentar el desarrollo industrial, la reforma agraria; al tiempo que comienzan a organizarse los partidos políticos, los sindicatos, las ligas campesinas; de modo que esa constituye una base significativa, para el desarrollo del país, tutelado por el Estado.

Mostró una lámina, donde se reportaban los índices relativos al impacto de la exportación petrolera por habitante, y de acuerdo al comportamiento de sus respectivas líneas, hizo ver que hay dos grandes periodos en esa Venezuela petrolera: el de la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez y, luego, el de la de Hugo Chávez, sobre todo, a partir de 2004; cuando entonces se tuvo un impacto significativo sobre el ingreso real por habitante; aunque menor que en la década de 1970.

En esta parte de su conferencia definió el concepto de renta, para abordar el tema de la superación del rentismo: “La renta es un ingreso extraordinario, que se coloca por encima del costo de producir el petróleo; frente a una ganancia normal. En términos económicos sería: todo ingreso percibido por el dueño de un recurso, que está por encima del costo de oportunidades, para utilizarlo en condiciones de competencia”.

En otra lámina mostró la referencia del costo de producir hoy en día un barril de petróleo en Venezuela, y el cual se ubicó entre unos 25 ó 27 dólares; lo que a su modo de ver constituye una enorme proporción de renta; que significa un ingreso no producido; que no obedece a la capacidad productiva del país, sino a las condiciones como se vende en el mercado internacional.

Dijo que el proceso de siembra del petróleo, que desarrolló Pérez en su primer gobierno, consistió en transferir renta al sector productivo; al tiempo que se establecía la protección comercial, con un mercado cautivo: el compre venezolano; sobrevaluación del bolívar, que abarataba la capacidad adquisitiva interna; importación de insumos para la agroindustria libre de impuestos.

A esta altura admitió que se trataba de un Estado tutelado, pero usando los mecanismos del mercado; y el cual, a su modo de ver, vino a ser sustituido por el socialismo petrolero, y para el caso citó una expresión de Hugo Chávez donde consideraba que era indispensable el petróleo para impulsar la revolución socialista.

“Aquí se generó un dispositivo macroeconómico, que maximizó los ingresos y los centralizó en manos del presidente de la República; desmanteló el estado de derecho, para saltarse los controles sobre el usufructo y aplicación de los recursos. Hubo una persecución discrecional de objetivos de políticas, basada en esa formidable base financiera; para aumentar su base de apoyo político, entre los cuales están los mecanismos de reparto clientelista, conocidos como Misiones”.

A su juicio, la inflación, que fue creciendo en los últimos años, le comenzó deparar ingresos al gobierno; lo que se conoce como impuesto inflacionario; que, asimismo, el modelo también se afianza con las estatizaciones, los controles y regulaciones; acoso al sector productivo; todo esto llevado a cabo por lo que calificó como una mafia que se había atrincherado en los puestos de toma de decisiones del Estado, lucrándose en gran medida con estos mecanismos.

Agregó que esto venía acompañado por un incremento de las importaciones; consecuencia de la quiebra del aparato productivo, y la consolidación de una autocracia personalista en el poder, que concentró todos los recursos de la renta petrolera en sus manos.

En otra lámina se veía lo que ha sido la relación de los salarios, con respecto a la productividad, y donde resultaba que a causa de la renta petrolera, los gobiernos siempre han tendido a decretar el aumento de salarios muy por encima de la productividad, y lo cual, a su parecer, esto ha incidido en el consumo privado por habitante.

Por otra parte, al abordar el tema del consumo por habitante, García Larralde hizo ver que, en efecto, durante el periodo de Chávez hubo un crecimiento del mismo, y esto porque Chávez decidió repartir directamente la renta petrolera; de modo que se produjo un consumo muy por encima de la productividad, mientras los salarios no terminaron de crecer en términos reales.

Al sintetizar lo que a juicio ha sido el socialismo petrolero de Chávez, indicó que se caracterizaba por un desmantelamiento del estado de derecho; el reparto como una forma de legitimación política; no que estamos frente a aquel socialismo, que proclamaba Marx en El Capital, basado en la producción; sino un socialismo que reparte la renta petrolera, para su relegitimación política; consecuencia del desmantelamiento del estado de derecho; un socialismo que destruye las capacidades productivas; donde no hay autonomía de poderes y ausencia total de controles; además de una excesiva gobernabilidad de la economía ante el mercado petrolero internacional.

Al tocar el tema de la situación del mercado petrolero en el mundo entero, expresó que nuestro petróleo tiende a ser desplazado por el que se obtiene del lutitas, sobre todo, en EEUU, que hasta ahora ha sido nuestro principal comprador, y nación que se prepara a partir de la instalación de la industria del lutitas, para convertirse también en país exportador de petróleo; pues, incluso, ya es negocio producirlo con un costo de barril de petróleo a 50 dólares.

Aparte de que sobre el mercado también se cierne la amenaza de la producción de petróleo de Irán e Irak, que van a ir irrumpiendo en el mercado, a medida que aumenten las mismas, y tomando en cuenta la capacidad que tienen ambos países de hacerlo, dada la calidad del crudo que se produce.

Asimismo, García Larralde se refirió a las otras fuentes de energía, que en el futuro están llamadas a competir con nuestro petróleo: carbón limpio, recursos naturales: sol, vientos, olas del mar, mareas, y a los cuales se les dio una gran importancia en la reciente cumbre sobre el ambiente, que se acaba de realizar en París, a propósito de la decisión que han tomado los países de desplazar los combustibles fósiles.

Se preguntó que ante todo esto, ¿qué había hecho el gobierno? Respondió: “El presidente Maduro, a pesar de su discurso contra la economía neoliberal; que no es amigo de los ajustes, lo que está es aplicando un ajuste severísimo. Ese ajuste tiene que ver con la restricción de las importaciones; porque el precio del petróleo ha caído, y no hay ingresos para sostener esa inmensa dependencia de su renta, mientras se ha quebrado el aparato productivo interno”.

Destacó García Larralde que Maduro ha tenido aplicar esta medida tan severa, debido a que ha preferido honrar la deuda externa, y donde además detalló las otras fuentes de recursos, de las que se ha tenido que valer Maduro, para tal fin, y lo que comprende venta de activos y de oro en el extranjero.

Seguidamente, detalló algunas de las distorsiones económicas, que han signado la política de Maduro: déficit fiscal, empobrecimiento del salario en el sentido de que siempre va muy por debajo de la inflación; asfixia de la economía con un control de cambios y de precios; aparte de que se le ha dado la misión de la importación de alimentos a los militares, y quienes, a su modo de ver carecen de la experticia al respecto.

Esto se traduce en desempleo, hambre, mayor mortalidad y morbilidad, que sería evitable, si aquí hubiera capacidad de conseguir los medicamentos”.

En otra lámina mostró el comportamiento que ha tenido la base monetaria y la liquidez monetaria, y cuya expansión, a su juicio, ha generado una aceleración de la circulación del dinero en la economía; lo que explica que nadie quiera bolívares en estos momentos; que la gente compra todo, porque sabe que todo está subiendo de precio, y lo que impulsa también la inflación. Asimismo, habló de que esto propiciaba una caída de la actividad económica.

En cuanto a lo que hay que hacer frente a esta situación, García Larralde dijo que lo que se propone es un ajuste expansivo, que reactive la economía, atacando la restricción externa; un proceso de estabilización económica, que se traduce en sanear las cuentas fiscales, con medidas como la disciplina en materia de financiamiento del déficit fiscal, unificación del tipo de cambio; búsqueda de financiamiento externo; suspensión de los controles y regulaciones.

“Se propone una economía basada en la iniciativa privada; descentralizada, amparada en un estado de derecho; pero ajustada en objetivos de justicia social y sostenibilidad ambiental. (…) Hay que quitarles a los gobiernos el manejo de la renta petrolera”.

Admitió que en la oposición también se dan casos de aferramiento al rentismo petrolero, que hay dirigentes que se mantienen aferrados a la idea de la siembra del petróleo, y para el caso expuso las diferentes propuestas que se tienen, con respecto a la creación de unos fondos que neutralicen esa tentación de depender de la renta, por parte de los gobiernos; mientras se desarrolla una economía competitiva, que no dependa del petróleo, y para lo cual, a su modo de ver, se hace necesario redefinir un marco institucional.

Concluyó expresando que de lo que se trata es de cambiar la cultura rentística del país, hacia una economía basada en el emprendimiento y en la competencia.