Edgar Hernández Behrens, expresidente de Cadivi, de Banfoandes y exsuperintendente de la Sudebán, aseguró que mientras estuvo al frente de las instituciones públicas trabajó dentro de los principios de «eficiencia, honestidad y transparencia». Indicó que tras su salida, éstos “desaparecieron”.
Según reseña Yasmín Ojeda en La Verdad, Hernández Behrens lamentó que “en tiempos de vacas gordas no administramos adecuadamente las divisas. Las crisis son cíclicas y la mayoría de los países toman previsiones. Por eso se creó el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), pero (ahora) no tiene divisas. No tenemos ningunas reservas”. Los datos reflejan la “crisis”.
Cadivi inició con una plataforma cambiaria de 13 millardos de dólares. En 2004 saltó soportada con reservas de 30 millardos de dólares. Era capaz de cubrir 96 por ciento de las necesidades del país y pagó la deuda comercial de 10 millardos en poco tiempo. Incluso tocó los 40 millardos en 2006 con expectativa de lograr 70-80 millardos en reservas, pero la realidad a 2015 roza 15 millardos de dólares.
Hernández Behrens señaló cambios y hechos de “corrupción” que causaron distorsión en la administración. En las adeudas (puertos) se verificaba lo importado. Los funcionarios inspeccionaban contenedores al 100 por ciento, pero luego pasó hacerse de forma “aleatoria”. Recordó que hacían cruces de cuentas con el Seniat, fijaban transparencia en los manejos que permitía detectar “empresa de maletín. Y todas las empresas que importaban tenían que estar al día con Inces, Seguro Social, pago fiscales y parafiscales”.
Dos años después de su salida de la comisión, y con el auge de divisas, “hubo exageración de las importaciones y presumible muchas importaciones fraudulentas fueron en los años 2007-2008”. El tope de 30 millardos de dólares aumentó. Para las importaciones “pidieron 90 millardos y se les entregaron más de 50 millones. Algo impresionante. Pareciera, hay presunción, que hubo ineficiencia y corrupción”.
El expresidente precisó que Cadivi arrancó con una tasa oficial de mil 600 bolívares -antes de la reversión monetaria- y una cotización en paralelo de tres mil 200. En 2005, el mercado oficial se situó en dos mil 150 bolívares, mientras que fuera de regulación en dos mil 350 por dólar. “Bajó al 10 por ciento. No había ningún tipo de especulación, quien necesitaba divisas las tenía. Ahorita es lo contrario”.
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