La directiva del Banco Central de Venezuela (BCV) parece determinada a no permitir que el precio del dólar oficial llegue siquiera a 5 bolívares en lo que resta del año, y por ello decidió inyectar 80 millones de dólares a las mesas cambiarias de la Banca en esta semana corta, luego del feriado de este lunes 13 de diciembre.
Este monto implica el incremento de la intervención en 15 millones de dólares con respecto a la venta anterior y es la cantidad más elevada en, al menos, las últimas cinco semanas que la autoridad monetaria coloca en los bancos, sin que se haya producido algún salto en el tipo de cambio que pudiera obligar a intensificar estas operaciones.
En lo que va del mes de diciembre, el BCV ha vendido a la Banca 115 millones de dólares, y eleva el promedio de intervención semanal a 57,5 millones de dólares, ligeramente superior al registrado en noviembre, que fue de 56,25 millones.
La tasa de cambio a la que la autoridad monetaria está vendiendo las divisas es 4,62 bolívares por dólar, registrada oficialmente en 5,22 euros, un incremento mínimo de 0,19 % en comparación con la semana anterior.
No hay una estimación precisa sobre cuánto mueven las mesas cambiarias, pero las mismas fuentes indican que el promedio está entre 20 y 30 millones de dólares semanales. Si se toman estos montos como válidos, el BCV estaría generando una enorme sobreoferta en las mesas cambiarias que, visto el tamaño de mercado, es más que suficiente para mantener una importante apreciación del tipo de cambio real.
Por supuesto, el mercado paralelo se ve impactado por la política del BCV, debido a que la sobreoferta también impacta los precios en el ámbito no oficial.
Varios economistas expresan sus dudas sobre la continuidad de esta política y predicen que, ante un muy disminuido nivel de reservas, el BCV tendrá que dejar en algún momento que el precio del dólar recupere el terreno perdido y se acerque más a su paridad de equilibrio con la inflación.
Sin embargo, el Observatorio Venezolano de Finanzas, al revelar su índice de inflación de noviembre, que subió solo 6 %, indicó que la variación del tipo en el mismo período fue de 5,7 %, lo que significa que la disminución de la velocidad de los precios redujo igualmente la apreciación del bolívar.
Además, las proyecciones sobre el comportamiento de la producción petrolera apuntan a un crecimiento en un entorno de precios elevados, de manera que la estrategia del emisor no parece amenazada, al menos en la teoría, salvo que la presión sobre el tipo de cambio, producto de un mayor volumen de transacciones en un economía más recuperada, se incremente de manera sustancial.