Actualmente se está viviendo una de las mayores crisis del transporte marítimo de la historia, debido a que se han unido varios factores que han creado una tormenta en el comercio mundial, la cual ha provocado escasez de algunos productos y un incremento de precios, que afecta el bolsillo de los consumidores.
Dicha problemática ha sido denominada como la «crisis de los contenedores» y de acuerdo con un trabajo realizado por BBC Mundo, uno de los principales factores que desencadenaron esta crisis es la escasez de contenedores, lo que se traduce en poco espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente y precios de fletes disparados.
Por tal motivo, hay exportadores que tienen semanas esperando por contenedores disponibles para transportar su carga y esto ha hecho subir los precios, llegando a costar casi el doble de lo habitual, según reporta el experto en economía marítima de la Universidad de Plymouth, Stavros Karamperidis.
Es necesario aclarar que no se trata de que no existan los contenedores físicamente, sino que no están donde tienen que estar, ya que llegaron barcos con cientos de miles de contenedores con mercancías hasta puertos de América y Europa, y debido a las restricciones por la pandemia del Covid-19 no pudieron volver a cargar los contenedores con nuevos productos para llevarlos de regreso a Asia. Por lo que muchos contenedores están ahora amontonados en algunos de esos puertos en Europa y América.
Otro factor que ha contribuido a esta crisis de transporte tiene que ver con interrupciones en la fluidez del tráfico marítimo. Por un lado, la temporada de tifones llevó a varios puertos chinos a cancelar sus operaciones y por otro está el cierre temporal de algunos puertos en China por medidas para controlar la pandemia. Hay que tener en cuenta que China tiene ocho de los diez puertos más activos del mundo, que actualmente están funcionando a una capacidad muy inferior a la normal por las restricciones del Covid-19.
En la mayoría de los puertos del mundo hay una congestión de barcos que esperan en largas filas para desembarcar su mercancía, debido a que el mercado tiene una dinámica de reacción en cadena, creando un cuello de botella en los mayores puertos internacionales.
– Aumento del tráfico –
El tráfico también ha aumentado porque los importadores más grandes que se resisten al incremento del precio del flete de las compañías navieras están alquilando sus propios barcos para transportar su mercancía y esto se traduce en un número mayor de barcos en transito.
Algunos expertos marítimos señalan que esta es solo la punta de iceberg de la crisis, puesto que no solo se trata de la escasez de contenedores o del tráfico excesivo, sino que hay un tercer factor: hay empresas chinas que están fabricando menos, según destaca Carlos Restaino, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes, quien explica que se trata de las estrictas medidas que ha impuesto China para evitar nuevas olas de contagio por Covid-19.
Cuando se detecta un brote en algún lugar la producción se hace más lenta, lo que provoca un retraso en la entrega de mercancía. Esta misma situación se presenta en países que son grandes productores como la India, Vietnam o Bangladesh.
Como efecto dominó, cada vez que se cierra una fábrica o un puerto, el producto no puede ser importado y algún consumidor se queda sin ese producto.
– Cómo afecta el bolsillo –
Esta situación también afecta nuestro bolsillo, debido a que se ha disparado el precios del transporte de mercancía o fletes y con ello han subido los precios de los productos. Ha sido drástico, en septiembre de 2020 un flete de China a Estados Unidos costaba unos US$4.000 y ahora en 2021 cuesta más de US$20.000. En un año el precio se ha cuadruplicado, aún mayor es el aumento del precio del flete de China al norte de Europa pasó a más de US$2.000 a más de US$14.000, es decir, cuesta casi 7 veces más.
En América Latina la situación varía según cada país y los precios cambian sustancialmente cuando se trata de una empresa pequeña con poco poder de negociación o un gigante que consigue tarifas por volumen. Por ejemplo, el costo del flete de un contenedor entre Shanghái y América del Sur antes de la pandemia era de unos US$2.000 promedio y ahora cuesta más de US$7.000, según estimaciones del Banco Latinoamericano de Desarrollo.
Alrededor del 80% de los bienes que consumimos en el mundo se transportan por vía marítima, según las estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Así que estamos hablando de que hay una afectación en una parte considerable de los productos que consumimos de manera cotidiana.
El profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, Willy Shih, le dijo que alguien tendrá que pagar por esos costos logísticos y posiblemente seremos los consumidores. Ya hay empresas que están viendo cómo aumentan los precios de sus proveedores por la subida del precio de los fletes y de la importación.
Además, considera que habrán empresas pequeñas que no sobrevivirán a esta crisis o que se pondrán en serios aprietos económicos. Para la venidera temporada navideña, muchos expertos vaticinan que será difícil hacerle frente a la demanda y a más largo plazo es difícil predecir qué va a pasar.
Si la pandemia y la aparición de nuevas variantes continúan haciendo estragos y la situación con el tráfico marítimo no mejora es probable, según el análisis de algunos economistas, que continúen aumentando los precios y también los cuestionamientos que ya existen a la dependencia de los productos de China.